Rrrrr, Rrrrrr, Rrrrrrr

lunes, 14 de septiembre de 2009

Cómo mear y sufrir las consecuencias

En mis carnes sufrí lo que es estar en un zulo, y eso que sólo permanecí allí, y no precisamente secuestrada, sino por gusto, unos dos o tres minutos. Y digo por gusto porque es que me estaba meando y no me quedó otra que entrar en los baños minúsculos de aquel restaurante.

Tal cual os digo y sin exagerar ni un poquito, ya entrar me costó un triunfo. Y no os digo nada si me refiero a lo de acoplarme para poder cerrar la puerta del WC. Yo no me veía, porque entre otras cosas, la luz duraba cuestión de diez segundos. Intenté colocarme y prácticamente lo único que pude hacer fue poner el culo levantado por aquello de no tocar la taza y como si dijéramos, tener los brazos de manera que no me pudiera mover, pues la estrechez era tal que de otro modo no podía. Vamos, encajoná como los toros en el toril. Y afortunadamente no llevaba el bolso, pues de lo contrario, habría tenido que hacer uso de aquel wáter con las tiras del bolsito entre los piños.

1 comentario:

MariClick dijo...

Yo recuerdo de uno al que no le cabía en un vaso tubo. Ese tendría que mear desde fuera del WC.

Si es que hasta pa mear nos limitan, leches. Tendría que haber baños de fumadores :D

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