Rrrrr, Rrrrrr, Rrrrrrr

jueves, 19 de diciembre de 2013

Felicitación navideña

FELICÍSIMAS FIESTAS PARA TOD@S DE MI PARTE!!!!

martes, 17 de diciembre de 2013

Cupido y sus flechas


Ya está bien de penas y de malos rollos. Hay que despejar la mente y desalojar de ella lo que nos duela, así que qué mejor que un corto saladete para animar. Y lo de animar nunca mejor dicho, pues es un corto de animación. Ahí va:


jueves, 12 de diciembre de 2013

Tenía que pasar

Estaba claro.

Él fallecería y tú ocuparías su lugar. Pero la enorme diferencia es que él sabía dar cariño y tú jamás ha sabido hacerlo. Y eso es algo que he mamado prácticamente desde que tengo uso de razón.

Últimamente ando con la tensión alta y sé los motivos: uno es su muerte y el otro el reencuentro contigo. Lo suyo ya no tiene arreglo, por desgracia. Y lo tuyo tampoco lo tendrá, pues soy cobarde; siempre lo he sido contigo. Y eso es lo que más me molesta, aparte de saber que en algunas cosas me parezco a tí. Y lo detesto. Y para colmo me machaco dando vueltas a si al igual que tú nunca has sido buena madre yo no estoy siendo buena hija.

Te tolero por respeto, pero sinceramente me sobras, no te necesito, del mismo modo que sé con certeza que tú tampoco nos has necesitado a ninguno como hijos.

Quisiera que al menos pudieras darme pena (además eso te entusiasma: dar pena o ir de víctima es algo que siempre se te dió de perlas), pero ni siquiera ese sentimiento me sale. Intento ayudarte en lo que puedo, pero no me digas qué motivo me mueve a ello, porque realmente no lo sé.

Cuando murió mi padre me pregunté muchas veces por qué no habrías sido tú la que hubiera muerto en lugar de él. Ahora murió mi tío y me cuestiono lo mismo.

Nunca me han gustado las navidades, pero estas van a ser peores que todas las demás. Estaré obligada a verte y eso me va a suponer un triunfo. Cuando vivías en Málaga estaba tranquilísima. No me afectabas ni para bien ni para mal, aunque para bien no sé si me habrás afectado alguna vez. No lo recuerdo. Pero ahora, en Madrid, las cosas me van a cambiar para peor.

Habrá que esperar a que vengan momentos mejores; o, al menos, a que tu presencia deje de afectarme en la salud. Sé que cuando faltes no sentiré nada; me vas a doler muy poco. No tendrá nada que ver a lo que me dolió cuando ellos dos murieron, porque ambos eran buenas personas. Tú no lo has sabido ser nunca. Pero es que tampoco has querido aprenderlo.


LinkWithin

Related Posts with Thumbnails