Rrrrr, Rrrrrr, Rrrrrrr

jueves, 19 de diciembre de 2013

Felicitación navideña

FELICÍSIMAS FIESTAS PARA TOD@S DE MI PARTE!!!!

martes, 17 de diciembre de 2013

Cupido y sus flechas


Ya está bien de penas y de malos rollos. Hay que despejar la mente y desalojar de ella lo que nos duela, así que qué mejor que un corto saladete para animar. Y lo de animar nunca mejor dicho, pues es un corto de animación. Ahí va:


jueves, 12 de diciembre de 2013

Tenía que pasar

Estaba claro.

Él fallecería y tú ocuparías su lugar. Pero la enorme diferencia es que él sabía dar cariño y tú jamás ha sabido hacerlo. Y eso es algo que he mamado prácticamente desde que tengo uso de razón.

Últimamente ando con la tensión alta y sé los motivos: uno es su muerte y el otro el reencuentro contigo. Lo suyo ya no tiene arreglo, por desgracia. Y lo tuyo tampoco lo tendrá, pues soy cobarde; siempre lo he sido contigo. Y eso es lo que más me molesta, aparte de saber que en algunas cosas me parezco a tí. Y lo detesto. Y para colmo me machaco dando vueltas a si al igual que tú nunca has sido buena madre yo no estoy siendo buena hija.

Te tolero por respeto, pero sinceramente me sobras, no te necesito, del mismo modo que sé con certeza que tú tampoco nos has necesitado a ninguno como hijos.

Quisiera que al menos pudieras darme pena (además eso te entusiasma: dar pena o ir de víctima es algo que siempre se te dió de perlas), pero ni siquiera ese sentimiento me sale. Intento ayudarte en lo que puedo, pero no me digas qué motivo me mueve a ello, porque realmente no lo sé.

Cuando murió mi padre me pregunté muchas veces por qué no habrías sido tú la que hubiera muerto en lugar de él. Ahora murió mi tío y me cuestiono lo mismo.

Nunca me han gustado las navidades, pero estas van a ser peores que todas las demás. Estaré obligada a verte y eso me va a suponer un triunfo. Cuando vivías en Málaga estaba tranquilísima. No me afectabas ni para bien ni para mal, aunque para bien no sé si me habrás afectado alguna vez. No lo recuerdo. Pero ahora, en Madrid, las cosas me van a cambiar para peor.

Habrá que esperar a que vengan momentos mejores; o, al menos, a que tu presencia deje de afectarme en la salud. Sé que cuando faltes no sentiré nada; me vas a doler muy poco. No tendrá nada que ver a lo que me dolió cuando ellos dos murieron, porque ambos eran buenas personas. Tú no lo has sabido ser nunca. Pero es que tampoco has querido aprenderlo.


miércoles, 27 de noviembre de 2013

La orquesta en el tejado

Hacía ya tiempo que no íbamos a Madrid; no nos entusiasma la idea más que en contadas ocasiones, pero este domingo pasado tocaba visita a un sitio concreto a ver algo también muy concreto y lleno de vida y musicalidad: El Teatro Español acogía a Ara Malikian y todos los chicos y chicas que le acompañaban. Conocíamos a Malikian de una vez que le vimos junto a Yllana en la obra Pagagnini donde hicieron el deleite de todos los que nos congregamos allí.
Y esta vez no podía ser diferente. Su magnífica obra musical, La orquesta en el tejado, con él, impresionante maestro del violín y los que le acompañaban con más violines, violoncellos, violas y contrabajo, también estupendos músicos, hicieron que todos los asistentes quedáramos boquiabiertos. Además, tiene un sentido del humor espectacular, por lo que nos llevamos dos en uno. Os lo recomiendo porque seguro que os encanta. Os dejo una de las piezas:


jueves, 21 de noviembre de 2013

Quiero que sepas...



... que va para cinco meses que no estás con nosotros. Y hoy, después de ese tiempo, quisiera hablar contigo aunque ya no te tenga. Están siendo cinco meses de pena y de sentimientos amargos. No es que sienta culpa por pensar que no hice lo que debía por ti -no me reprocho nada- salvo saber que cuando ya decidiste que querías dejarnos no estuve contigo; me operaron dos días antes, ¿te acuerdas?. Luego, en algún momento de lucidez preguntabas a mi marido por mí porque yo no había ido a verte al hospital y querías saber si había tenido niño o niña. Pobre mío, tu cabeza ya estaba casi ida con tanto calmante para que tu enfermedad no te siguiera haciendo más daño. Lo que más siento es que había veces en que te dabas cuenta de que algo en ella no iba bien y preguntabas qué te estaban haciendo para estar así si tu cerebro funcionaba bien cuando llegaste allí.

¿Sabes cuál es una de las cosas que más tengo presente? Cuando te acompañé la última vez a urgencias días antes de mi operación porque estabas ya muy malito y llorabas porque no querías seguir viviendo y rogabas a dios que te llevara con él y me decías que por qué estábamos siendo tan buenos contigo si no lo merecías y llorabas por mis hijas y hablabas del daño que les habías hecho. Ellas tampoco estaban aquí cuando se te acabaron las ganas de vivir. ¿Te acuerdas que se habían ido a Irlanda un mes de voluntarias a dos granjas? Yo te lo contaba y tú unas veces parecías darte cuenta y otras te quedabas absorto, con la mirada ida del todo y tus cansados ojitos vidriosos, como oyéndome, pero sin escuchar lo que te decía. A ellas, a mis hijas, no les contamos la verdad hasta que no volvieron de Irlanda; preguntaban por ti cada vez que hablábamos con ellas y siempre les decíamos que estabas más o menos igual, incluso mejor a veces, porque no queríamos que sufrieran desde allí, tan lejos, si sabían que estabas empeorando a pasos agigantados y que tu fin estaba muy próximo. Fue muy difícil seguir hablándoles de ti cuando ya no estabas, pero no nos quedó más remedio que tenerlas engañadas. Lo comprendieron, aunque al principio les costó y nos reprocharon no haberles dicho la verdad desde el primer momento.

Ayer saqué los papeles de hospitales, de medicaciones, de solicitudes de dependencia o de residencia de mayores que, como tú bien decías, no iban a servir para nada, que te morirías antes de que tuviéramos noticias, tu D.N.I., tus carterillas del abono-transporte, tu reloj… Tiré todos los papelotes, incluidos los innumerables informes médicos. Total, ahora ya no sufres; no vas a tener que volver a pasar por más pruebas médicas ni volverán a darte todas esas pastillas de las que te quejabas siempre porque te guarreaban el estómago. Llevo conmigo siempre tu monederillo negro, aquel en el que te gustaba meter la calderilla; guardo en él las llaves de la oficina y ya no se me pierden por el bolso. 

Pero lo más importante de todo, aunque lo esté pasando un poco mal, es que a diario me acuerdo de ti y sigues con nosotros. Necesito que lo sepas, tío Carlos. Te envío un beso grandísimo que espero recibas con todo el cariño y la fuerza con que yo te lo mando.



miércoles, 20 de noviembre de 2013

TRES CANCIONES, TRES

Porque hoy venía escuchándolas en el coche tempranito y alguna sigue aún en mi cabeza. Espero que os gusten como a mí:

miércoles, 13 de noviembre de 2013


LA MAESTRA - Hector Gagliardi

 
Tan buena como mi vieja
y como ella nerviosa,
de las que agrandan las cosas
y que por nada se quejan;

Tenía entre ceja y ceja
esa cuestión del aseo
y en lo mejor del recreo
revisaba las orejas.

Decía que un pajarito
al oído le nombraba
los niños que conversaban
cuando salía un ratito;

Y si un grandote de quinto
armaba la tremolina,
parecía una gallina
cuando tiene los pollitos.

Nos tomaba la lección
siguiendo el orden de lista
y obligaba con la vista
a seguir con atención.

Yo era medio remolón
porque andaba por la “G”
y cien veces me chasquié
al preguntar de a traición.

Se pasaba todo el día
prometiendo malas notas
y que en vez de la pelota
estudiaran geometría.

Era mujer que sabía
de un golazo de boleo,
por eso es que en el recreo
los muchachos se reían.

Pero un vez se enfermó
y mandaron la suplente
que enseñaba diferente
y un día de “usted” nos trató.

Y nosotros ¡qué se yo!...
sería mejor maestra
pero fieles a la nuestra
declaramos el boicot.

Y cuando ya vino al grado
después de la enfermedad
nos pusimos a gritar
que casi la desmayamos
y cuando vio tantas manos
que la querían tocar
de floja se echo a llorar
y nosotros la imitamos.

Ah! Pobre maestra mía!
¡Cómo estarás ya de vieja!
revísame las orejas,
soy un chico todavía.

No sabes con qué alegría
quisiera volverte a ver:
no me vas a conocer
pero entonces te diría:
Yo ocupaba el tercer banco
al lado de la ventana,
el que abría las persianas
cuando el sol no daba tanto.

El que se ahogaba de llanto
el día que te dejó
y que nunca te olvidó
y es por eso que te canto.

Vos sos la dulce canción
de la edad que ya se fue;
hoy he venido otra vez
para darte la lección:
Preguntame de a traición,
maestra del cuarto grado,
que cuanto me has enseñado
lo llevo en el corazón.

 

Este poema se lo quiero dedicar a alguien que, a pesar de no saber si vive o ya falleció, causó en mí un sentimiento de cariño impresionante y eso es algo muy de agradecer por mi parte. Su nombre es (o era) Mª Ángeles, de Puertollano, y fue mi maestra cuando yo era pequeñaja. Cuando yo tenía siete años cambiamos de barrio y empecé a ir a otro cole más cercano, pero siempre la recordé; incluso fui a verla cuando yo estaba ya en el instituto. Y, por muchos años que hayan pasado, sigue aquí, en esta cabecita mía, como lo que era, una de las mejores maestras y personas que por mi vida han pasado. Ójala todos los profesionales de cualquier oficio fueran como ella fue, una auténtica luchadora a la que le entusiasmaba su profesión y que peleaba porque sus "niños" aprendieran, ante todo, a ser buenas personas. ¡Gracias, Mª Ángeles!

 

 

lunes, 4 de noviembre de 2013

lunes, 7 de octubre de 2013

Ahí es ná

Quién la ha visto y quién la ve...

La muñeca más deseada por las niñas en los 70 y principios de los 80, Nancy, cumple 45 años. El museo madrileño del Traje ha decidido dedicarle una exposición gratuita en la que lucen los modelos de 25 modistos españoles.

Creo que en alguna de mis entradas (o igual lo he soñado) dije que cuando hice la comunión me regalaron una Nancy monja con su crucifijo colgadito en madera y tó y con el hábito bien largo para que no se le viera ná de ná. Y debo decir que en aquel momento hasta me gustaba, aunque ahora sólo de pensarlo me da hasta repelús.

Así que no soy yo la única que cumple años. Hasta la Nancy e incluso la Barbie cinturita de avispa ya no son lo que fueron. Lo único que ellas tienen y no yo, es que las arrugas no se les marcan ni les dan dolores por aquí o por allí. Y si les dan no se quejan ni una pizquita. Son mujeres resignadas. Y en eso tampoco se me parecen.

He rebuscado por San Google y la he encontrado. A mi Nancy monja, quiero decir. Mira que es fea la puñetera!!!!

sábado, 28 de septiembre de 2013

Una de estrés porque me da la gana

Estoy ya estresada y aún no he empezado. No sabía yo bien que me fuera tanto la marcha, pero parece ser que sí por cómo me estoy comportando. Me refiero a las actividades "extraescolares", jejeje.

Una tiene una tarde ocupada, la de los martes, en la que voy dos horas a Manualidades a desestresarme y a la par pasarlo bien y llevar cosas para casa que he hecho yo o para regalar. No recuerdo bien si allá por febrero me apunté también, en este caso los viernes y esta vez con mi contrario, a clases de bailes de salón, algo a lo que yo no quería meterme pues siempre me dió una vergüenza impresionante aquello de bailar en público, pues mi arte no hay quien lo aguante. Y mira tú por dónde que ahí me equivoqué. No en que mi arte no haya quien lo aguante, sino en que terminé por perder la poca vergüenza que me quedaba y resulta que me lo paso pipa (nos lo pasamos pipa los dos, que él también se echa unas buenas risas; no soy yo sola la loca de las carcajadas).

Pero es que resulta que como ya dije en mi anterior entrada, los años nos van cayendo y los dolorcillos también a la par que el no tener ni pizca ya de flexibilidad, así que nos hemos liado la manta a la cabeza y nos vamos a iniciar en el mundo del pilates otras dos tardes y oye, que lo mismo hasta consigo ser una Nadia Comaneci y no me reconozco ni yo. Pues eso, que me va a quedar libre la tarde de los jueves. Lo que no sé es si la aprovecharé para hacer lo pendiente o terminaré tirada para descansar de tanto estrés vespertino. Os seguiré contando mis avatares.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Van cayendo los años

Que nos vamos haciendo mayores es evidente. Cuando los días empiezan a pasar como volando y los años ni te cuento, cuando tus hijos ya no son esos pequeñajos que dependían de ti, cuando tus allegados no están como estaban antes o incluso ya ni están, cuando la memoria no es ya la que era, cuando gruñes por casi todo, cuando cada vez te gusta menos alguna gente…. Síntomas evidentes y claros de que ya no eres una chavala por mucho que te cueste asumirlo, Marisa. Pero el colmo de los colmos, aparte de seguir cumpliendo años cuando ya te habías negado a hacerlo y decías que tenías 28, es cuando casi a diario hablas de enfermedades, o, como en mi caso, voy más al médico que al váter. Evidentemente me estoy haciendo mayor. Me han caído los 47 años y ya llevo con ellos a cuestas dos meses. Y yo que aún creía que estaba hecha una moza… ¡Qué poquita cabeza tengo! Y la espalda no veas! Y las piernas pa qué contarte... Y de la vista ni hablamos!

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Remembering

Yo pensaba que no tenía memoria. Y es cierto que he perdido muchísima y que hay cosas que borro de un plumazo de siempre, peeeeerooooooo me he tenido que ir a Oropesa con una compañera de trabajo y sin embargo buenísima amiga y estupenda persona a la vez que es una Larousse musical y ha llegado a sacar de mi cerebrito yo qué sé cuantísimas canciones de los sesenta (yo no había nacido), setenta y ochenta. What a great surprise!, que no diría Ana Botella, ahora que andamos todos a vueltas con su inglés. Y nos dimos un baño, no de masas sino de música, a través de mi móvil y youtube, recordando de todo un poco. Uno de los descubrimientos que yo tenía guardados a demasiado buen recaudo -opino- y del que yo no tenía conocimiento era la canción "When you are in love with a beatutiful woman", que viendo el vídeo me produjo no pocas carcajadas al ver las pintas que llevaban los Dr. Hook y que, por lógica, eran las que llevaban todos los integrantes de los grupos musicales de la época. Para muestra un botón. Esta es la canción. Estos son los Dr. Hook. Vayan de homenaje para Manulondra y Paula que en mi anterior entrada me animaron a no abandonar esta mi casa que es también la de todos los que asomáis por ella vuestra naricilla: Sepáis que no es que ya haya olvidado también escribir y salga todo "arrechuchao" y sin puntos aparte. Edito ahora porque he visto que quedó fatal la entrada, pero es que desde que he vuelto al blog no hay forma de escribir normal en la forma "redactar" sino que tengo que hacerlo dando a la opción htlm y por más que quiero no consigo separar los párrafos. Y dicho ésto me voy retirando a mis aposentos.

martes, 10 de septiembre de 2013

Estamos de revuelta

Hola de nuevo! Entre que no entro yo mucho y que cuando lo quiero hacer me da problemas el blog (ayer fue imposible que me funcionara), como que parece que por aquí no hay nadie; pero aunque sólo estoy yo y las telarañas, me gusta hacerlo a pesar de que sea de pascuas a ramos.

Me recuperé de la operación, me incorporé al trabajo una semana y luego me dieron las vacaciones, me fui a Asturias al fresquito, luego a Oropesa con una amiga y otra vez a currar, que ya iba siendo hora. Todo está correcto aunque he terminado de brocha y rodillo hasta el mismísimo gorro, pues nos dio por adecentar un poco la casa y nos ha costado un triunfo y no hemos siquiera llegado a terminar la tarea; pero eso será más adelante, cuando vuelva a acompañar el tiempo y las ganas de emprender labores "pictóricas".

Tengo que intentar ponerme las pilas (lo digo siempre y no termino de hacerlo)y no abandonar ésto, pero por más que me lo repito y hago propósito de enmienda, por "h" o por "b" no hay forma humana. Vuelvo a hacerme dicho propósito a ver si esta vez lo consigo.

De todos modos y sea como sea, recibid un abrazo si es que me leéis.

lunes, 5 de agosto de 2013

P´al norte

Cinco días son pocos. Es un número con el que se hacen rimas. Es un número impar. Es el indicativo de la canción para los niños cuando mueven las manitas con su soniquete y los lobitos. Me gusta el cinco aunque sea escaso. Y me gusta porque serán los días que esté fuera. Cinco. Sólo cinco, pero menos da una piedra (perdón, pero debe ser deformación cuando una se queda sin vesícula; ahora parece que las piedras las tenga en la cabeza, jejeje).


Por esta playa o muy cerquita andaré si queréis buscarme y tomar unas cañitas. A ver si me recupero del todo de lo mío. No tomaré mucho el sol, pues no me lo recomiendan; no me meteré mucho al agua pues aún están tiernitas las heridas.

Unicamente trabajé una semanita y como en agosto no hay mucho qué hacer, mi jefa me dijo que podía irme con toda la tranquilidad del mundo, así que yo, obediente como soy, me iré a la paz y tranquilidad de estas tierras del norte que tantísimo me gustan.

Acordaos que a la vuelta.... lo venden tinto.

Disfrutad!

jueves, 4 de julio de 2013

Sin grapas y a lo loco

Pues eso, que ya me han quitado las grapas de mis heridas "operísticas" y ahora, aparte de rajitas, tengo puntitos, dos por cada grapa que tenía. Estoy monísima perdida pero soy feliz. Todo va bien, apenas noto dolor, como de todo (con cuidadito, eso sí), nada en principio me sienta mal y mis movimientos van siendo más normales y naturales y me miman y me mimo.

¿Qué mas se puede pedir? Ahora mismo me pediría una de chopitos, que mis tripas rugen, pero tendré que conformarme con una frutita y con unas lonchitas de pavo, que no están las cosas para meterle grasas al cuerpo.

Echo de menos mi vesícula. Yo que quería que me la hubieran dado y los muy jodíos me la quitaron, me llevaron a reanimación y de mi vesícula, si te he visto, no me acuerdo. Pobre y sola se ha quedado, dándose con un canto (o más bien con unos cuantos) en los dientes, jejeje. Tendré que reponerme por su ausencia.

Y eso es todo lo que os cuento. Por aquello de rellenar un poquejo el blog de mis "entretrapos". Otro día en que la inspiración me visite puede que lo casque por aquí. Mientras tanto, os dejo una canción de Serrat que me ha inspirado la inspiración de la frase de aquí justo encima.

Besos. Sed felices




domingo, 30 de junio de 2013

Todo en orden

Bueno, todo parece que vuelve a la normalidad a pesar de que aún ando medio flojucha y algo dolorida. Me quitaron la dichosa vesícula el lunes pasado y debo decir que no la echo de menos en absoluto. De hecho tengo recuerdos suyos y supongo que los tendré para siempre, pues las rajitas y las grapas ahí están, en mi barrigota. Sí, barrigota. Porque sepáis que parezco un botijito: entre los gases que me metieron para operarme y lo que me trastearon por aquí dentro no sé dónde quedó la poca cintura de avispa que tenía, jejeje.

Pero lo importante es que vuelvo, no sé si por mucho y con muchas ganas, pero vuelvo a retomar este pobre y abandonadito blog en el que veo las telarañas por sus esquinillas.

Volveré. Prometido.

lunes, 3 de junio de 2013

Cuestión de acostumbrarme

A veces la vida se quiere despedir de nosotros y no nos damos ninguna cuenta. Sabemos que no estamos bien pero ni por un momento se nos pasa por la cabeza que lo mismo es que vamos llegando a nuestro fin. Incluso, cuando por un familiar viejito me está tocando ver esto que os cuento, yo, que soy consciente de lo que está pasándole, sé que él ni lo barrunta.

Las enfermedades avanzan, llegando a corroer nuestros cuerpos por dentro; sé que él sabe que lo que tiene no es bueno, pero pregunta cuándo saldrá del hospital, si estará todavía allí por largo tiempo. No sabe, pues a él nadie se lo ha dicho, que probablemente no vuelva ya a casa; tiene menos dolores y con eso se conforma. Sufre menos, claro, por lo que se le puede hacer raro pensar que la cosa irá para largo. Y yo no puedo decirle lo que sé; se me hace durísimo y no lo voy a hacer. Una cosa es que uno sepa que la vida se va yendo poco a poco y otra es que alguien te lo suelte como un jarro de agua y eso incluso influya más en tu estado de salud.

El tema de la muerte es algo que siempre suelo rehuir. Le temo más que a un “nublao”, aunque supongo que tendré que ir haciéndome a la idea de que no hay más vuelta, de que es lo que hay por mucho miedo que yo le tenga. Ya, por lógica, me ha tocado vivirla (qué raro suena lo de vivir la muerte) con gente muy cercana, pero sigo sin aceptar la idea. No sé si soy un bicho raro o si lo que me pasa a mí les sucede a más personas. Espero que sí y que no sea yo la única a la que le aterroriza pensar en ella.

Y en esas estamos, a la espera de que quiera venir vestida, ya no con su guadaña, que da pavor, sino guapa, elegante y amable, a buscar a mi tío y llevárselo con ella. Mientras tanto, mientras viene o no, espero ir acostumbrándome a que, sobre todas las cosas, existe y de momento parece ser que es de lo poco que nos va a durar.



miércoles, 29 de mayo de 2013

Y el sol salió

No sé bien si por Antequera, pero salió y todo fue a las mil maravillas. Mi gato está robusto, excesivamente gordo, pero sano, así que lo único que hemos sacado en claro es que hay que darle un pienso especial y ver si pierde peso con él.

El bulto de la pata trasera parece que disminuye sin hacerle mucho caso ni echarle cuentas, así que todos tan contentos.

Aunque ahora tenemos un problemilla añadido, y es que como mis dos gatos son los más guapos y apuestos ronroneadores del mundo gatuno, hay una gata que les ronda. O más bien nos ronda a toda la familia. Se nos mete al jardín por las noches y nos lanza unos cantes jondos que pa qué las prisas. Ellos, mis dos machotes, se ponen nerviositos perdidos cuando la escuchan, se baja el telón (la persiana) y se acaba la función, jejeje. Y hasta el día siguiente en que la obra vuelve a empezar dirigida e interpretada por los mismos personajes.

Eso sí, no hay aplausos por no interrumpir el dulce sueño de los vecinos.

Y ya os avanzo que la función no termina en boda. Por ahí no paso



jueves, 9 de mayo de 2013

Salga el sol por Antequera

Salga el sol por Antequera es un dicho que se utiliza para expresar incertidumbre ante el resultado de alguna acción, pero determinación para llevarla a cabo a pesar de ello.


Existen varias hipótesis sobre el origen de este dicho, pero todas lo sitúan en los tiempos de la Guerra de Granada. Según José María Iribarren en "El porqué de los dichos" (1996), proviene de la frase "Salga el sol por Antequera y póngase por donde quiera", que habría sido exclamada en el campamento de los Reyes Católicos en las proximidades de Granada. Dado que Antequera está situada a poniente de esta ciudad, tendría un carácter irónico.

El Diccionario del Español Actual, de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, indica que el dicho siginifica que no importan las consecuencias y explica su origen en una leyenda según la cual, estando el infante Fernando, aspirante en aquel momento al trono de Aragón y regente de Castilla, y que resultaría conquistador de la ciudad, indeciso en relación al próximo lugar que tenía que atacar, se le apareció una joven con unos leones que le dijo: “Salga el Sol por Antequera y que sea lo que Dios quiera”.

Otra hipótesis apunta a que el origen de la frase no se halla en los reyes cristianos, sino en la corte granadina, concretamente en un discurso de El Zagal, quien, sabiendo que la guerra estaba perdida, pidió coraje a sus soldados y que lucharan a la desesperada.

Pues dicho lo dicho proviniente de Wikipedia, hoy saldrá el sol por Antequera aunque yo viva en Madrid; nuevamente ando a vueltas con uno de mis gatos, el mayor en este caso y del que os voy a poner foto, pues es más guapo que un sol (qué no diría una madre de sus hijos...); le ha salido un bulto considerable en una pata y toca sedarle para analizar y de paso hacerle todas las perrerías posibles pues es más bruto que un "arao" y si no es así no hay dios que le pille en kilómetros.

Extrañamente estoy bastante tranquila para lo que yo soy; veremos a ver después.

Bueno, pues os presento a mi Frodo, el otro gato de mis ojos aparte de Piri, pues las niñas son otras, también mías y ya no tan niñas. Ays, vida esta, gatuna o no...


¡Saluditos!



viernes, 19 de abril de 2013

Haciendo cálculos

Sabía yo que lo mío no era ni medio normal. Os conté hace ya unos mesecillos que justo el día de Nochevieja, cuando todos festejaban, tomaban las uvas de la buena suerte y brindaban metiendo incluso algunos un anillo de oro en la copa con el champán por aquello de tentar aún más la dicha, yo me andaba en las urgencias de un hospital retorciéndome de dolores. Pues bien, suerte o no suerte, resulta que los tiros iban (o al menos eso parece) en relación con mi vesícula, un aparatejo como una pera que tenemos todos hasta que la dejamos de tener, que anda la pobre mía plagadita de piedras y para más inri de barro. Me dijo el señor cirujano que mis cólicos no eran muy típicos ni normales. Debe ser que servidora es especial y las cosas le pasan al revés de como las sufren el resto de mortales; igual es porque como yo no tengo interés ninguno en morirme, las historietas que me pasan van por otro camino.

Dicho lo dicho y por mucho que yo quiera distinguirme del resto, mi vesícula va a durar en mi cuerpo serrano un telediario: la próxima semana me hacen el preoperatorio y, si las cuentas no le fallan al presidente de esta mi comunidad, la de Madrid, probablemente en junio, más bien de mediados a finales, me lleve yo para casa -porque la pienso pedir, jejeje- la dichosa pera cargadita de piedrecillas embarradas (vesícula para los más versados) y me la coloque de recuerdo sobre la estantería del salón.

¡Una vesícula menos! ¡Y unas cuantas piedras más para hacerme un collar!


martes, 9 de abril de 2013

Quiero

Quiero que me oigas, sin juzgarme.


Quiero que opines, sin aconsejarme.

Quiero que confíes en mí, sin exigirme.

Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mí.

Quiero que me cuides, sin anularme.

Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mí...

Quiero que me abraces, sin asfixiarme.

Quiero que me animes, sin empujarme.

Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mí.

Quiero que me protejas, sin mentiras

Quiero que te acerques, sin invadirme...

Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,

que las aceptes, y que no pretendas cambiarlas.


Quiero que sepas que hoy, por lo menos hoy, tú puedes contar conmigo...

Sin condiciones.
JORGE BUCAY

Y este es un vídeo muy interesante de una entrevista de Jorge Bucay para Ratones Coloraos con Jesús Quintero.



jueves, 4 de abril de 2013

Parando un poco

Madre mía, qué pasotismo el mío últimamente. Ahora me ha dado por apenas coger el ordenador y estar desconectada del mundo cibernético. Espero que sea una racha nada más, pero cuando he visto que mi última entrada en el blog fue el 2 de marzo, casi me da un algo.

¿Pero qué queréis que os diga?. Supongo que antes o después a todos nos pega por ahí y tan pronto queremos tener nuestros sitios atendidos casi a diario como que la cosa se nos va desvaneciendo y tenemos la casita llena de telarañas.

Espero en breve tener ganas de pasar el trapo y limpiar, al menos, las esquinitas, que es donde más se cuelgan las arañas y lanzan sus telas para vivir más cómodamente; y mira que me gustan poco las arañas...

Hoy, además, es de esos días que ni fu ni fa, así que mejor lo dejo aquí y no doy más la vara a nadie.

Espero que la suerte nos acompañe. Y si de paso lo hace el tiempo mejor que mejor. Y si el mundo se nos hace un poco más llevadero, será para tirar cohetes.


sábado, 2 de marzo de 2013

Gotthard y Queen

Sus dos cantantes fallecidos, distintos estilos musicales aunque para mí ambos estupendos, dos personas que realmente pudieron llegar mucho más lejos y la muerte no se lo permitió. Y ambos, eso lo desconocía hasta ayer, tuvieron la oportunidad de cantar con Montserrat Caballé y ella de hacerlo con ellos, que tampoco debía ser moco de pavo. Os dejo dos vídeos, uno de cada uno de los dos grupos con la Caballé. No puedo dejar de tener los pelos de gallina cuando los veo y cuando escucho las voces de los tres:



jueves, 28 de febrero de 2013

El día que acabó la crisis

Un artículo de El País (Andalucía) del mes de enero que pinta muy malamente:

Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado. Correrán ríos de tinta escritos con nuestros dolores, celebrarán el fin de la pesadilla, nos harán creer que ha pasado el peligro aunque nos advertirán de que todavía hay síntomas de debilidad y que hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados, que celebremos el acontecimiento, que depongamos la actitud crítica contra los poderes y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas.


Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía. Por supuesto, la crisis ecológica, la crisis del reparto desigual, la crisis de la imposibilidad de crecimiento infinito permanecerá intacta pero esa amenaza nunca ha sido publicada ni difundida y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa —mitad realidad, mitad ficción—, cuyo origen es difícil de descifrar pero cuyos objetivos han sido claros y contundentes: hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.

Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que deje de ser el factor determinante del producto; cuando hayan arrodillado a todas las profesiones para que sus saberes quepan en una nómina escuálida; cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, entonces la crisis habrá terminado.

Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen en las aulas y se haya conseguido expulsar del sistema educativo a un 30% de los estudiantes sin dejar rastro visible de la hazaña; cuando la salud se compre y no se ofrezca; cuando nuestro estado de salud se parezca al de nuestra cuenta bancaria; cuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, entonces se habrá acabado la crisis.

Un buen día del año 2014, cuando hayan conseguido una nivelación a la baja de toda la estructura social y todos —excepto la cúpula puesta cuidadosamente a salvo en cada sector—, pisemos los charcos de la escasez o sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando nos hayamos cansado de confrontarnos unos con otros y se hayan roto todos los puentes de la solidaridad, entonces nos anunciarán que la crisis ha terminado.

Nunca en tan poco tiempo se habrá conseguido tanto. Tan solo cinco años le han bastado para reducir a cenizas derechos que tardaron siglos en conquistarse y extenderse. Una devastación tan brutal del paisaje social solo se había conseguido en Europa a través de la guerra. Aunque, bien pensado, también en este caso ha sido el enemigo el que ha dictado las normas, la duración de los combates, la estrategia a seguir y las condiciones del armisticio.

Por eso, no solo me preocupa cuándo saldremos de la crisis, sino cómo saldremos de ella. Su gran triunfo será no sólo hacernos más pobres y desiguales, sino también más cobardes y resignados ya que sin estos últimos ingredientes el terreno que tan fácilmente han ganado entraría nuevamente en disputa.

De momento han dado marcha atrás al reloj de la historia y le han ganado 30 años a sus intereses. Ahora quedan los últimos retoques al nuevo marco social: un poco más de privatizaciones por aquí, un poco menos de gasto público por allá y voilà: su obra estará concluida. Cuando el calendario marque cualquier día del año 2014, pero nuestras vidas hayan retrocedido hasta finales de los años setenta, decretarán el fin de la crisis y escucharemos por la radio las últimas condiciones de nuestra rendición.

viernes, 22 de febrero de 2013

Una ligerísima confusión

Este vídeo me lo mandó un buen amigo. Y como hace días que tengo el blog olvidado por unas cosas y por otras, os lo voy a subir aquí para que os echéis unas risillas. Subid el volúmen. Espero que os guste.



martes, 12 de febrero de 2013

Viajando en avión



El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el de Economía, Luis de Guindos, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella y el presidente, Mariano Rajoy, sobrevuelan España en un jet.

Montoro se vuelve hacia De Guindos y con chulería le dice:

-"¿Sabes? Yo podría tirar un billete de 500 euros por la ventana y hacer muy feliz a una persona".

De Guindos le contesta:

-"¡Claro! Y yo podría tirar 10 billetes de 50 euros por la ventana y hacer felices a 10 personas".

Para no ser menos, Botella dice:

-"Y yo podría tirar 100 billetes de 5 euros por la ventana y hacer felices a 100 personas".

Entonces Mariano Rajoy, entrando al juego, dice:

-"Pues yo podría tirar 500 monedas de euro por la ventana y hacer felices a 500 españoles".

El piloto suspira y le dice al copiloto:

- ¿Oyes a esta banda de arrogantes de aquí detrás?. No se les ocurre pensar que yo podría tirar a cuatro tontos por la ventana y hacer felices a millones de personas.

lunes, 4 de febrero de 2013

martes, 29 de enero de 2013

AVIÓN ESPAÑOL

Están todos los pasajeros en la sala de embarque esperando la salida del vuelo cuando de repente llega el copiloto impecablemente uniformado con anteojos oscuros y un bastón blanco tanteando el camino..

La empleada de la compañía aclara que, si bien es ciego, es el mejor copiloto que tiene la Empresa.

Al poco rato llega el piloto, con el uniforme impecable, anteojos oscuros y un bastón blanco asistido por dos azafatas.

La encargada de la sala aclara que, también, el piloto es ciego, pero que es el mejor piloto que tiene la Compañía y que, junto con el copiloto, son la tripulación más experimentada.

Con todos a bordo, el avión comienza a RODAR, tomando cada vez más velocidad y con los pasajeros aterrorizados. El avión sigue tomando velocidad pero no despega... continúa la carrera y sigue en tierra. El final de pista está cada vez más cerca y en una explosión de histeria general los pasajeros comienzan a gritar como poseídos!

En ese momento el avión, milagrosamente, toma altura ...entonces el piloto le dice al copiloto...

- El día que los pasajeros no griten, ¡¡¡ Nos la pegamos !!!!!!

Moraleja: Así está hoy ESPAÑA, gobernada por ciegos que no ven, o no quieren ver, la realidad. A la espera de que el pueblo "GRITE" para levantar el vuelo.



domingo, 20 de enero de 2013

La pena da paso al odio

Nos están machacando. Sin disimulos, sin temblarles la mano, como ayer nos decía Rajoy en cuanto al choriceo reciente pepero, y lo están haciendo sin escrúpulos, sin ni un solo atisbo de que si lo hacen es porque las cosas no vienen bien dadas, aunque ellos insistan en que sí, en que si lo hacen es porque no hay más remedio. Ayer también, mientras yo leía lo que os voy a poner, no me temblaban a mí tampoco las manos: me temblaba el cuerpo entero y me daban unas enormes ganas de cogerlos por la yugular y apretar y apretar, como están haciendo ellos con la ciudadanía española e inmigrante. Es tan solo un caso de los tantísimos como habrá en este país, relativo a la sanidad pública (por decir algo, que de eso ya nos queda bien poco, supongo que igualmente porque no les queda otro remedio). El escrito, encontrado en facebook y compartido por mí, es de una enfermera que se encontraba de guardia haciendo su trabajo:


"Ayer estuve de guardia en mi hospital público. Por la tarde me llama la residente de puerta para que vaya a valorar a una paciente que acababa de llegar. Me encuentro a una mujer de 45 años con mal aspecto, dolor abdominal, muy delgada...
Tras la exploración y la ecografía le diagnostico un casi seguro cancer de ovario avanzado. Hay que hacerle todas las pruebas urgentes, así que le doy los volantes para que la citen y sea vista hoy mismo en la consulta de oncología ginecológica, como hacemos siempre.
Se me olvidada contaros un pequeño detalle: la mujer se llama Irina y es rumana. Perdió su trabajo hace un año y con él, hace poco, su tarjeta sanitaria. Ese detalle no lo tuve en cuenta ayer hasta que me avisaron de la Admisión de pacientes para decirme que no la pueden dar cita para ninguna prueba ni consulta ya que no tiene tarjeta sanitaria.
Irina no podrá ser operada en ningún hospital público español y si no me he equivocado en el diagnóstico, morirá sin atención médica en menos de un año.
......Infinita la impotencia, infinita la rabia. No puedo olvidarme de su mirada al intentar explicarle lo inexplicable.
Me niego a mirar para otro sitio cuando sucede una monstruosidad como esta. ME NIEGO A CALLAR.
Goyi"


No sé bien a dónde nos quieren llevar: no existe por parte de nuestros políticos ni un atisbo de humanidad y lo único que les importa es esclavizarnos con los recortes, mientras ellos, sin embargo, se lo siguen llevando muerto, descaradamente, riéndose en nuestras caras mientras nos roban a manos llenas, restregándonos el "se ha vivido por encima de las posibilidades"; sólo sé que nos tienen atados de pies y manos y que empezamos a sentir que para ellos únicamente somos desperdicios humanos. No puedo entender ya casi nada de lo que está pasando. Ahora mismo lo único que siento es pena, mucha pena, sobre todo si pienso en mis hijas y en la herencia que les vamos a dejar. Y empiezo a saber lo que es el odio. Con ellos lo estoy reconociendo


jueves, 17 de enero de 2013

domingo, 13 de enero de 2013

Artículo de Ángeles Caso


Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.

Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
 
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada o todo.


jueves, 10 de enero de 2013

Así nos brilla el pelo


-¿Qué vas a tomar?

-Una Alhambra especial

-Por favor, dos Alhambras especiales

-Oye, ¡cuánto tiempo sin vernos!

-Sí, ya era hora que echáramos unas cervezas y charláramos.

-¿Cómo te va?

-No me puedo quejar. Sigo aún con el taller en el pueblo. ¿Y tú?

-Bueno, pasé por el tribunal médico y me dieron la invalidez gracias a Juan Sola, el abogado del pueblo, pero sigo atendiendo el negocio con mi mujer aquí en la capital.

-Has hecho bien porque está muy jodida la situación. Yo tenía a tres trabajadores contratados en el taller, pero hablé con ellos y llegamos a un acuerdo de despido, pero siguen trabajando.

 -¿Están despedidos y siguen trabajando?

-Sí. Nos viene bien a todos: yo me ahorro los seguros sociales, que son altísimos y ellos cobran el paro y el sueldo, pero claro les pago menos que cuando tenían contrato. Todos contentos: Ellos ganan más y yo también.

-¿Y si te enganchan?

-¿Quién va a pasar por el pueblo? Además, los tres talleres del pueblo hacemos lo mismo y no nos vamos a denunciar unos a otros porque nos perjudicaríamos.
-!Ah¡ vale. A nosotros, en el negocio, un día nos visitó un inspector de trabajo y, por suerte, yo me encontraba en la puerta del local, fumando un cigarrillo.

-¿Pero estaría tu mujer?

-No, que va, el negocio en realidad lo llevo yo, pero les dije que lo regentaba mi mujer, que es la que aparece en los papeles, y que yo estaba allí ocasionalmente porque ella había salido un minuto a un asunto urgente. Suerte que al 'panchito' que tengo allí sin contrato estaba ese día en el médico..

-¿Y se lo tragó?

 -Al parecer sí. De hecho se fue y no ha vuelto más. Pero sí, me acojoné un poco ya que si el inspector no se traga aquello nos multa y a lo mejor hubiera perdido yo la paga. Al menos eso me dijo Juan Sola.

-La verdad, es que estos inspectores son unos crédulos o a lo mejor es que están desmotivados porque ganan mucho. Total, para lo que hacen, mucho ganan aún. Hablando de inspecciones, mi hija pequeña estuvo a punto de perder la beca porque alguien fue por ahí contando que el taller no estaba declarado y nos daba muchos ingresos y tal. Desde ese día le he prohibido que vaya con su BMV A3 y su iPhone 5 a clase.

-¿Y qué pasó?

-No nada, no se pudo demostrar lo que decía el cabrón anónimo ya que lo tengo bien atado. La niña sigue cobrando todos los años la beca máxima, unos 5000 euros, que son para ella solita.

(Irrumpe un tono de teléfono móvil: ¡¡Yo por mi hija maaaaato!!)

 -Tío, que me he llevado un susto con ese tono de la tipa esa de la tele ¿cómo se llama...?

-Sí, la Esteban, esa sí que es lista, jeje, perdona, que es un proveedor. Oye, ¿qué significa esa factura con IVA del otro día? ¿Cómo? Nada de eso. Me la emites de nuevo sin IVA o no cobras...sí, hasta las seis estoy allí. Hasta luego.

 -¿Te quieren meter el IVA?

-Sí, se lo he dicho al tío de las pizzas mil veces y sigue dale que te pego con el IVA de los....,y para colmo ahora que lo han subido los chorizos estos del Gobierno.

 -Sí, vaya mierda de país, con tantos impuestos.

 -Por cierto, ¿sabes que me he comprado un Audi?.

-¿Sí?. ¿Cuál?

 -El Q7

-Joder ¡el que llevan los futbolistas!, qué pedazo máquina...te habrá costado un pastón.

-Sí, es caro, pero me he ahorrado una pasta. Si quieres te digo cómo.

-Dime, dime...

 -¿Tienes a algún minusválido en tu familia o a alguien de confianza que lo sea?

 -Pues no sé, tendría que verlo...

-Yo lo he puesto a nombre de mi padre que, como sabes, tiene una gran minusvalía. Me he ahorrado el Impuesto de Matriculación, me han hecho una rebaja en el concesionario, no pagaré jamás el Impuesto de Vehículos al Ayuntamiento y, para colmo, aparcaré donde me salga de los güevos, en cualquier plaza de aparcamiento reservada para minusválidos ¿Por qué te crees que hay tanto coche de gran cilindrada con el cartel de minusválido en las calles?

 -Estás en todo, macho, pero ¿se tragarán que tu padre conducirá eso con 80 años siendo minusválido?

 -Éstos del Ayuntamiento se lo tragan todo. Por cierto, hablando del Ayuntamiento ¿te has enterado de lo del alcalde del pueblo? ¡Qué cabrón! ¡Que bien amañado lo tenía todo! ¡Qué poca ética! A mí me extrañaba que la recogida de basura siempre la ganara la misma empresa.

 -Sí, ¡qué cantidad de corruptos nos gobiernan! Y para colmo hay que sostenerlos a todos. ¿Y el asunto de ese que era presidente de la Junta, dándole un pastón a la empresa de la hija?, por no hablar de las comisiones del niño...que maná de corruptos, ¡vaya mierda de país!

-Ni que lo digas, vaya país de sinvergüenzas nos gobiernan. No hay que votar a ninguno, que son todos iguales. Van a lo que van.

-Oye, ¿quieres otra cerveza?.

-Sí, si, vale. Pero disculpa un segundo, que voy a asomarme a ver el coche, que está en segunda fila.

(¿Es probable que, en términos generales, merezcamos los políticos que nos gobiernan? La pregunta queda hecha.)





miércoles, 2 de enero de 2013

A todo ritmo. Yeahhh

Pues eso. Que se quiten los Fred Astaires y las Ginger Rogers y dejen paso a este hito de la naturaleza rítmica que soy yo. Hoy empiezo mis clases de bailes de salón; de aquí a un ratejo estoy moviendo el esqueleto como nadie (como nadie porque más torpe que yo en cuestión de bailes dudo que haya alguien).

Que mira, que hay que echarle chispa a la vida. Chispa y risas. Sobre todo muchas risas, así que hoy voy  a dar el cante bien dado aún sin cantar. Se van a reír todos bien de mí, pero yo tampoco me quedaré manca riéndome. Después de todo es bien sano reirse de uno mismo. A mí se me da muy bien y creo que hoy se me va a dar mejor que nunca.

¿Alguien se atreve a echarse un baile conmigo? Algún pisotón también se lleva fijo quien se atreva.


martes, 1 de enero de 2013

Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario

Este final de año me harté de decirle a todo el mundo que por favor entraran en el 2013 con buen pie. Y yo me había planteado que también haría lo mismo, así que, aún teniendo que hacer de tripas corazón, y sabiendo que no me gustan nada las fiestas estas dichosas, me vestí ayer un rato antes de irnos a casa de los cuñaos a celebrar la noche vieja (sin suegra, todo hay que decirlo, que ella ya nos avanzó bastantes días antes que no salía de su casa esa noche, que está mayor y que no tiene ganas de jolgorios) y hasta me maquillé y me dí sombra de ojos después de vestirme de poca gala, pero mona.

Y llegamos, y había buen rollito y estábamos agusto. Hasta que, pasados los aperitivos, empecé a notar un fuerte dolor en la boca del estómago. Ahí estaba. Mi dolor bien conocido cuya causa era totalmente desconocida. Y a aquel dolor le siguió el otro, el también habitual ya para mí cuando me pasa ésto, el de un punto concretísimo de la columna vertebral. Se me jodió la cena y les dí la noche a todos los demás. De hecho, a eso de las doce menos diez, a base de insistirme todos, decidí ir a tomar las uvas con los trabajadores del hospital de Arganda. Pero ni eso. Llegamos cuando ya se habían tomado las doce uvas todos los que allí estaban (llevaba yo unas ganitas de comer uvas que ni os cuento). Y entregué mi tarjeta sanitaria y al rato me llamaron y me reconocieron; y decidieron que me sacaban sangre y que me hacían un electro, pues mi tensión andaba por las nubes que esa noche no paraban de sudar y mojar a todo bicho viviente que asomara la nariz por la calle.

Me colocaron una vía en la mano derecha tras bastante rato, pues una no es presa fácil de las agujas y sus venas se esconden como caracol bajo su casa, con lo que sé con seguridad que si un vampiro viniese a por mí, igual moría de inanición. Y me llenaron de pegatinas por el cuerpo para hacerme el electro. Y de esa facha, con la vía colocada y las pegatinas bien pegadas en la piel (aunque ya vestida), me hicieron salir a la sala de espera (valga la redundancia) en la que esperaba mi marido, el que más me ha querido y que me plancha las camisas.

Por fin, casi dos horas después, me llamaron por megafonía y me hicieron pasar a la consulta del médico, que me diagnosticó gastritis y que me entregó un informe, junto con el resultado del electro, para dárselo a mi doctora de cabecera, diciéndome que debía tomar un omeprazol diario, media hora antes de desayunar, y que hiciera dieta blanda unos días.

Así que volvimos a casa de los cuñaos, con el dolor bastante mitigado ya después de unas horas, como me pasa siempre que me da, me quité todas las pegatinas del mundo que me tenían aburridita e incomodísima y nos fuimos a casa, sin tomar uvas, sin brindar, sin meter el anillo de oro en la copa, sin darnos los besos correspondientes justo cuando terminan las campanadas. Seguro que si me hubiese calzado unas bragas rojas no habría tenido tan mala suerte.

Así que no sé qué tal me irá el 2013. Sólo sé que terminé de pena el 2012 y que entré en el año nuevo de pena, como un mihura, triste y dolorida y que lo recibí llena de pegatinas y con un buen moratón en la mano por la vía. ¡Pero seguro que es cojonudo!

Espero que vuestro fin de año e inicio del nuevo haya sido un poco mejor que el mío. Brindo por ello.


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