Rebajas en la nieve

Una es culillo de mal asiento y como tal se negaba a pasarse el fin de semana metidita en casa, porque en la casa de uno se está muy bien hasta que no se diga lo contrario. Y con un marido acatarrado y con anginas después de una semana de estar yo con los mocos colgando, pues a una lo que le apetecía era pasar la pena gastando en las rebajas. Así que, visto el día fallido del sábado en que todas las amigas tenían cosas que hacer, terminé quedando con una para hoy domingo, por aquello de comprar trapitos y de tomarse algo.

Y viendo a mediodía el telediario, el tío va y dice que en Madrid hay riesgo de nevadas para la tarde y yo voy y pienso en lo exagerado del tema, si total ni ayer ni hoy ha caído una chispa de nada… Va a nevar…. Anda yaaaaa!!!!

Y una va y queda. Y para empezar, penosita que soy, me pierdo para ir al centro comercial y termino en un pueblo con una bonita iglesia que yo jamás había visto. Todo sea por hacer turismo. Y cuando por fin llegamos al famoso centro comercial, nos ponemos a tomarnos un cafelito caliente, que rasca hacía a base de bien.

Y a comprar trapos, que en definitiva era nuestro objetivo.

Y entre tienda y tienda, oíamos, como quien oye llover, que ojalá cerraran las tiendas a las ocho con la que estaba cayendo. Coñe, es que está nevando? Sí, ya hace rato que están los coches blanquitos y las carretera pelín complicadas.

Y venga, nosotras a lo nuestro. Hasta que ya, un poco acojonás he de confesar, decidimos que casi nos íbamos. Y efectivamente, mi coche no era negro sino blanco, como todos los demás. Y por casualidad las carreteras también eran blancas. Así que a veinte por hora y más cagás que otro poco, y sin cadenas y sin puñetera idea de cómo ponerlas si las hubiéramos llevado, que tampoco es el caso porque no las hemos comprado, terminamos llegando al destino y yo posteriormente a mi casa no sin algún que otro susto con el coche.

Eso sí, me he comprado dos vaqueros, una minifalda que te cagas de mona y un blusón que me queda de lo más fashion. Total, eso era lo importante, ¿no?