Una dulzura de las mías

Una cara de sorpresa supongo que es sorprendente para el que la mira. Hoy la mía debía ser la repanocha y eso que no me la he mirado

Sus cuento: el otro día ví una recetilla que me llamó la atención y sabiendo que tenía todos los ingredientes, hoy me disponía yo a hacérsela a los míos, que son golosones. Son galletitas de coco y bolitas de chocolate. Os pondré la recetita por si queréis probar

Ingredientes para unas 35 galletas:

150 gr de harina
120 gr de coco deshidratado y rallado
100 gr de mantequilla a temperatura ambiente
50 gr de azúcar
50 gr de azúcar moreno
100 gr de gotas de chocolate
1 cucharadita de levadura en polvo
1 cucharada de extracto de vainilla
1 huevo
1 pizca de sal

Preparación:

1 En un cuenco mezclar la mantequilla con el azúcar blanco y el azúcar moreno y batir hasta formar una crema pálida y espumosa.

2 Añadir el huevo y el extracto de vainilla y seguir batiendo hasta que estén bien incorporados.

3 Incorporar la harina, la sal y la levadura y mezclar, esta vez removiendo con una paleta de silicona o una cuchara

4 Por último, añadir el coco y las gotas de chocolate y mezclar bien. Cubrir y dejar reposar en el frigo durante unos 10-15 minutos.

5 Calentar el horno a 180ºC y forrar una placa de horno con papel de horno.

6 Formar bolitas con la masa, un poco más pequeñas que una pelota de golf, y disponerlas, separadas entre sí unos 3 o 4 dedos.

7 Cocer durante unos 20 minutos, o hasta que empiecen a dorarse. Sacar del horno y dejar enfriar. Para conservarlas lo mejor es una caja de lata.

Hasta aquí estupendo, ¿verdad? Ahora os pondré la foto de ese blog; las galletas dan ganitas de comérselas aunque sea dando bocaos a la pantalla del ordenata:

Todavía mejor con la foto, ¿a que sí?

Pues os cuento, querid@s. Pasito a pasito hice lo que decía la receta. Y oye, qué olorcito salía del horno... perooooooo.... el aspecto.... de repente aquello empezó a deformarse, a engordar para seguidamente aplanarse y quedar como una pizza finísima y de la forma de la bandeja del horno. Oseasé, que yo, en lugar de galletas, he creado una plancha dulce, que cruje más que los tablones de parquet de los pisos viejos, que huele que te cagas de bien, pero que es dulce como ella sola y que, a ver dónde las guardo yo ahora... en el horno se quedan las dos planchas, porque si a los del blog de cocina les salían unas 35 galletas, a mí me han salido dos pedazo de planchas que pa qué. Eso sí, no sé si en mi vida me he podido reír más de mí misma sólo pensando en el careto que debía poner mirando aquella cosa rara que parecía abducida por un gremlin u veste tú a saber. No les he hecho foto porque la vergüenza y las risas iban a ser ya la pera en verso, pero son pa verlas, como mi cara de sorpresa de hoy.

No las hagáisssssssssssssssss

Leches, que justo cuando iba a publicar la entrada, al verla en la vista previa me he dado cuenta de algo, un pequeño fallito tonto mío: en lugar de una cucharadita de levadura le he endiñao un sobre. Me partoooooooo

Y ya previsualizando la entrada por segunda vez, resulta que tampoco lo metí al frigoooooooo. Me meoooooooooooooooo

¿Se puede ser más desastre?