Rrrrr, Rrrrrr, Rrrrrrr

miércoles, 2 de febrero de 2011

A por ellos

Está claro que no te puedes desmandar ni una pizca. Dejas de fumar y dices eso de “a mí no me va a pasar que por dejar este vicio me dé por andar tras el otro”. No el que pensáis, no, sino el de comer como una descosida por calmar la ansiedad. “Si yo no tengo ansiedad ninguna no me puede dar por tener la boca abierta por si le cae algo a todas horas”. ¡Vaya que no! Ansiedad no tendré, pero ganas de meterle al cuerpo, no lo que pensáis, sino comida, a todas horas.


Y, por lógica, si le metes, recibe. Y si recibe, por algún lado lo notas. Pues oye, que yo justo por la cintura, que ya a cintura exactamente no es que se parezca mucho. En todo caso se intuye y te tienes que fijar mucho y echarle mucha imaginación para que eso tuyo se parezca a una cintura como dios manda.

Y piensas, por aquello de subir tu autoestima: “pero lo estás haciendo muy bien porque has dejado de fumar. Llevas ya un mesecito sin catarlo. ¿Qué pasa porque hayas cogido algún kilillo?” Alguno, dices, por no deprimirte, pero eres consciente de que no ha sido uno solo. Y entonces vuelves a plantearte lo de la dieta dichosa, esa que no debiste dejar nunca, y menos sabiendo como sabías que en cuanto empezara el 2011 ibas a dejar de fumar. Tú decías, con dos ovarios, que tú no ibas a dejar que pasara esto y que si empezaba a pasar, que seguro que no, harías las dos cosas a la vez: no fumar y no comer. Coño, la primera bien, pero no comer a mí me cuesta un triunfo, aparte de la muerte si me lo tomo muy a pecho, así que a vueltas otra vez con lo verde (no lo que pensáis, sino lo que sale del suelo) y la plancha (no la del pelo ni la de la ropa). ¡Venga, otra vez a hacerle la vida imposible al colesterol, que tú puedes, campeona!

Todo sea por esa cintura de abeja (que yo ya de avispa va a ser que tengo poco ;-))

5 comentarios:

Eduardo dijo...

La última vez que fui al médico empezó por el comer, siguió por el beber, continuó por el fumar y cuando le pregunté , oiga un caliqueño me podré pegar de vez en cuando? , me dice mu serio, si hombre si , pero eso no te lo pasa la Seguridad Social...

Mierda de dieta...

Marmopi dijo...

Pues eso digo yo, que las dietas pa qué sirven, si no se puede comer lo que uno quiere ni hacer ná de lo que a uno le apetezca... Amos que lo de tu médico... que el caliqueño no lo pasa el seguro... no joas, pondios!!!!

Besines, sevillano!!!

MariClick dijo...

Yo opino que aprendiendo a comer ya es suficiente para bajar de peso y no engordar.

Si tienes ansiedad, mariadelasencarnaciones.... pide unas pastis que dan a los que empiezan a dejar de fumar.

Conste que yo estuve sin fumar cinco años y, aparte de ansiar con toda mi alma un cigarro cada minuto, comía por tres.

Suerte, pequeña flor mandrileña.

Marmopi dijo...

Pues debe ser muy difícil aprender a comer, María de los Clickes. Yo ese día no fui al colegio :-)

Pero estos bajan... vaya si bajan, cagoentó!

¡Besos, so guapa!

Carmen dijo...

Pues no te quiero desanimar, porque dejar de fumar merece la pena, pero aquí la nena que dejó de fumar va para 9 años, engordé tanto en el empeño que aún no me he desprendido de los kilos que pillé de más.

Y chica desde entonces raro es el mes que no estoy a dieta.

Y saber comer, sabemos todos, lo malo es que nos gustan más otras cositas. Porque ya sabemos eso de todo lo que no engorda, o está malo o mata.

Pero bueno, como tú dices, todo sea por la cinturilla.

Un beso, guapetona.

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