Rrrrr, Rrrrrr, Rrrrrrr

lunes, 1 de febrero de 2010

Lo complicado de poner un mail

No sé por qué me daba que no llegaría ese correo. Sabía yo que a la primera de cambio no. Porque para empezar la arroba (@) me decía si se ponía junto o separado. Y ya no te cuento lo del guión medio (-). Ahí íbamos a tener más que disgustos, porque cuando yo le decía guión medio, el hombre me lo repetía como despacito, como si estuviera tomando nota.

¿No le importa que yo la llame para ver si le ha llegado mi correo a su jefe? No, cómo va a importarme... Pero estaba segura de que llegar, lo que se dice llegar, era imposible así de buenas a primeras.

Y ahí tenía yo a ese hombre otra vez al teléfono para ver si el correo llegó a su destino. Espere que pregunto: Ángel, puedes mirar tu correo a ver si ha entrado el mail de un señor? Pues no, aquí no me ha llegado nada.

Mire, que no, que el correo no le ha llegado al jefe. A ver, señorita, le repito la dirección que me dió por si la apunté yo mal. Sí, esa es, pero que no entra. Pues vuelvo a ponerlo y si no le importa la vuelvo a llamar. Por supuesto, que para eso estamos.

Dos minutos después, el mismo hombre del correo maldito. ¿Puede preguntar si ya llegó mi correo? A ello voy, espere un momentito que ahora mismo le digo. Ángel, ¿puedes volver a mirar si entró el correo? Pero es que tienes a ese hombre por teléfono? Claro, cómo no, que el correo no entrará, pero estoy yo ya haciendo unas amistades con él que pa qué contarte. Pues no, aquí no llega nada.

Oiga, que no, que sigue sin llegar. Ay, por dios, pero si lo he mandado ya varias veces. Discúlpeme, pero ¿entendió lo de la arroba y el guión medio? Son dos de las teclas del teclado. La de la arroba sí. La del guión no. Si ya me lo estaba diciendo mi señora... Seguro que tienes que poner lo de la tecla y no escribirlo. A ver, ponga usted el guión que más se usa, ese que no tiene que darle ni mayúsculas ni nada y verá cómo por fin llega el correo. Señorita, disculpe que sea tan pesado, pero si no le importa vuelvo a llamar a ver si ahora entra. Por supuesto, usted llame y yo ya le diré.

Esta vez tardó incluso menos de dos minutos. Perdóneme, soy yo otra vez. ¿Llegó el correo? A ver que pregunto. Ángel, ya por última vez, ha entrado el correo de este buen hombre? No, aquí no ha llegado nada.

Mire, déme usted su mail que ya le mando yo uno de prueba y le da usted a un botón que dice reenviar y me adjunta ahí lo que usted quiera.

Y dicho y hecho. Al fin llegó su correo, y por partida doble a mi dirección, no sea que después de lo infructuoso de la situación, aquello no terminara por llegar a donde debía.

¡Cosas que pasan!

1 comentario:

Espirulina dijo...

:DD

Suele pasar. La gente que no está acostumbrada se hace un lío que no veas.

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