No me preocupa excesivamente estar arriba y un día después abajo. Sé perfectamente que ahora es lo que toca (yo que nunca he sido de verbenas o atracciones). Me sentiría mal si una u otra de las dos opciones durara más de la cuenta, sobre todo la de estar abajo, pero como de momento no es el caso, yo tranquila. Cuando la vida pega un giro tremendo andamos desubicados, lo que nos pasa no lo sentimos muy nuestro, es eso de que las desgracias sólo le pasan a otro. Mira que somos ciegos!
Ahora estoy en el ejercicio de no regocijarme en la pena e intentar ver las cosas por el lado que menos duelen. Y yo creo que le voy cogiendo el tranquillo, que no es tan difícil y que, como los niños de colegio, progreso adecuadamente.
Quisiera agradecer a todas esas amigas que están detrás de mí, su interés y su cariño. Tener compañía y sentirse querido es lo más importante. Y saber que cuanto más grande es la sensación de caída o de fracaso , allí aparecen unas manos que tirarán de una para que no caiga. Como una de ellas me dice: siempre p' arriba. Y en esas me encuentro, en no permitirme caer. Y si caigo, me levanto, vaya si me levanto!!
2 comentarios:
No sé lo que te ha podido pasar, pero una cosa es cierta: las dificultades son las que nos hacen progresar. Lo que pasa es que salimos de nuestro círculo de comodidad y seguridad, y eso necesita un trabajo de mentalización de que lo de ahora es mejor y con más posibilidades. Los grandes maestros nos animan a que vivamos el poder de la incertidumbre, de lo desconocido, de lo ilimitado.
!Ánimo! No desfallezcas. Un abrazo
Gracias, Manuel.
Está todo controlado. O casi controlado, no voy a engañar a nadie ni me voy a engañar a mí misma. Pero estoy en buen camino. Desfallecer sería lo último.
Un abrazote!!!
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