Dos días en Madrid y ya echo de menos la paz del Norte. El relax de allí se pierde según vas llegando a la meseta. Y el fresquito también. Se deben perder juntos por aquello de la incompatibilidad con la capital. Está claro que una cosa no va con las otras. Después de la “jartá” a verde, a temperatura ideal, a comida buenísima, a belleza natural, a buenas gentes y a algún que otro kilo que iba unido a aquellos, abres los ojos aquí y te da un algo, porque todo eso se esfumó unos kilómetros después, menos ese kilo de más que se vino conmigo todo el viaje de vuelta. Y aquí sigue.
Poco más me da tiempo a decir ahora. En otro momento lo haré; no os vais a librar tan fácilmente. Ahora toca apechugar con la cruda realidad y ponerse las pilas, que si no nos pilla el toro. Y eso que no voy de colorao :-)
3 comentarios:
Me alegro de que hayas disfrutado a tope de tus vacaciones. Ese kilito de más te lo quitas tú en dos pelás.
Fotos... fotos... fotossssssssssssssss
Rebienvenida, flor de nardo.
Nada!!! ese kilito de más, con los sudores capitalenses enseguida se pierden. Me alegro de que tus norteñas vacas hayan ido bien...
Un besuco con axuxon incluido.
No me olvido...
Si es que ya lo decía la Rafaela Carrá esa: Para hacer bien el...Ah no, que eso era otra cosa, y era para el Sur.
Bueno, tanto mas da. El caso es que te lo hayas pasado fenomenal, y ese kilito se va volaó.
Peor van a ser mis mas que kilitos. :(
Publicar un comentario