Rrrrr, Rrrrrr, Rrrrrrr

martes, 5 de junio de 2012

El efecto Pigmalión

Así lo describió y escribió Gabriel García Márquez:



Imagínate un pueblo muy pequeño donde hay una señora mayor que tiene dos hijos, uno de 19 y una hija de 14.Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación.

Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde: 'No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo'.El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: 'Te apuesto un peso a que no la haces'. Todos se ríen. El se ríe.Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla, y él contesta: 'Es cierto, pero me he quedado preocupado de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo'.
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mama, feliz con su peso y le dice : Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto. ¿Y por qué es un tonto?, Porque no pudo hacer una carambola sencillísima, según él preocupado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo. Y su madre le dice: No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.
Una pariente que estaba oyendo esto y va a comprar carne y le dice al carnicero: 'Deme un kilo de carne', y en el momento que la está cortando, le dice: Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado'. El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice: 'mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas'. Entonces la vieja responde: 'Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos...' Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.
Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde.Alguien dice: ¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo? ¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!Sin embargo, dice uno, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.Sí, pero no tanto calor como hoy.Al pueblo todos alerta, y a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz: ’Hay un pajarito en la plaza'. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito. Pero señores, dice uno siempre ha habido pajaritos que bajan aquí.Sí, pero nunca a esta hora.Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
Yo sí soy muy macho, grita uno. Yo me voy. Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve. Hasta que todos dicen: 'Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos'. Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo. Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: 'Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa', y entonces la incendia y otros incendian también sus casas. Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado: ¿Viste m'hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?

Esto es lo que en sociología llaman "la profecía autocumplida"

8 comentarios:

Carmen dijo...

Ya conocía este relato, pero me ha encantado leerlo de nuevo. García Márquez es uno de mis escritores favoritos.

Un abrazo amiga.

uxue dijo...

Hola marmopi
Me he quedado asombrada con esta historia.
Había oído hablar del efecto pigmalión, aunque no comprendía bien de qué iba.
Ahora veo el poder que tiene la sugestión de las personas, que si creen que algo va a suceder puede que suceda, pues ellos ya se encargan de ello.
Interesante de veras.
Un beso guapa

Marmopi dijo...

Hay siempre mucho más poder del que creemos en lo que pensamos. Fíjate la que se puede montar sólo con lo que cree una primera persona. Imagina si en lugar de una fueran muchas las que iniciaran la sugestión. No estaría mal planteárselo.

Besos, guapa. Me alegra que te haya gustado

Marmopi dijo...

Buenas noches, Gloria. Es un muy buen texto que puede dar mucho qué pensar. Yo también lo conocía, pero hacía mucho que no lo releía. Y hoy tocaba

Un abrazo grande

Emilio Manuel dijo...

Si todos tiráramos del mismo carro, esta pandilla de carotas que por este país pululan estarían fuera, no es fácil. La profecía autocumplida, suele darse pocas veces.

Un abrazo

Marmopi dijo...

Sí, Emilio, pero sería un aliciente para los que los sufrimos. Quizás estaríamos más unidos de lo que estamos, porque jodidos estamos casi todos, pero esto no hay quien lo pare como no pongamos un remedio revolucionario.
Un abrazo y gracias por estar

Paula dijo...

Me ha encantado!

Marmopi dijo...

Me alegro, Paula!!!

Un saludito

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