Rrrrr, Rrrrrr, Rrrrrrr

martes, 4 de octubre de 2011

Ciento y la madre

A veces hacemos cosas de las que luego nos arrepentimos. A mí me gusta más arrepentirme de lo que no hago que de lo que hago, pero en este caso, en qué hora...

Habíamos decidido invitar a los compis del grupo rockero del contrario el domingo pasado a comer de barbacoa. Unos tienen hijos, otros no... en fin, que en principio íbamos a ser unos 14, contando ya con nosotros mismos, la familia Telerín, gatos aparte.

Y empezaron a llegar. ¡Oh, sorpresa! Una de las parejas se acabó trayendo a sus hijos (dos). Y otra, pues que también. En total éramos 18. Mete a 18 personas en un patio con dos mesas y sus sillas. Claro, hay que echar mano de la mesa de la cocina también o no nos sentamos ni de coña. Saca por la ventana del patio la mesa o no sale ni a empujones. Venga, ya estamos todos reunidos fuera. Algunos de pie, pues los niños para qué iban a sentarse a la mesa de la terraza pudiendo estar todos arrechuchaos en las otras. Madre del cordero, dichosas criaturitas...

Y empezamos a comer y nos empezamos a multiplicar, pues aún no habiéndolas invitado, allí se nos acoplaron decenas de moscas que también tenían hambre las pobreticas mías. Pasamos la tarde pegaditos unos a otros gracias a la cabezonería de los chiquillos de no irse a otra mesa, sudando como pollitos entre el calorcito que hacía y el pegamiento de cuerpos, haciendo aspavientos para quitarnos de encima las puñeteras moscas... Los que más agustito estuvieron fueron mis gatos, cada uno en una cama echando sus siestorros correspondientes. ¡Esos sí que saben!

Por fin se fueron. Los humanos a su casa afortunadamente. Las moscas a mi cocina para desgracia nuestra. no sé yo si en mi vida he visto más moscas juntas. Yo creo que se reproducían por momentos. Matabas dos y al rato tenías siete. Creo que hoy terminé con la última. Hoy es martes, por si no os habíais dado cuenta. Me han durado las moscas de domingo a martes. Y lo más probable, como son tan majetas, es que hoy me reciban haciéndome la ola cuando entre a la cocina a la vuelta del trabajo las que hayan salido de debajo de las piedras. Lo mismo hasta, si son muchas, me colocan una alfombra roja. O me han calentado la comida.

¡Qué arrepentida estoy, leches! ¡Más que arrepentida, harta, sobre todo de moscas! Eso sí os digo: a matamoscas ya no hay quien me gane.

6 comentarios:

Tay / Irisada dijo...

¡¡jajaja!!! cada vez me gusta más la soledad!!!

Marmopi dijo...

Y a mí, Tay, y a mí... Sobre todo sin las dichosas moscas cojoneras. Ag, qué asco, nena!

uxue dijo...

Seguro que hasta has soñado con moscas estas noches. Tú peleando con ellas y las muy pillas relamiéndose y riéndose a tu costa.
Además matas una y vienen todas las demás al entierro, se multiplican por arte de magia.
Paciencia marmopi, que ya pasa el verano y se irán a otro lugar.
Me he partido de risa con tu relato chica, muy ...aunque a ti no te haga tanta gracia.
Besos!!

Marmopi dijo...

Tú ríete, Uxue, que yo todavía tengo los ojos como platos. ¿Es que todas las moscas del mundo mundial se han venido a mi pueblo? Seguro que los demás sitios están sin una sola. La de zurriagazos que he pegado del domingo para acá...
Un beso, guapetona. No me paso por tu blog desde hace tiempo. Bueno, me paso poco por todos los sitios. Últimamente no me puedo ni rascar, nena!

La Mismi dijo...

Ya te digo... y además están de un pesado subido. Se te posan descaradamente donde más asquito te da. Y las matas con el matamoscas de los chinos... ¡plash! ... y dejan un charquito de sangre muy muy desagradable.

Cagóntó, qué mosqueo.

Marmopi dijo...

Asquerositas, nena! Por algo decimos lo de ser más pesados que una mosca... mira que son cansinas. Y gorrinonas, que vaya sitios que les gustan... Qué asquito, guapa!
Besos, reinaaaaaaaaa
Deja los mosqueos, que no son horas ;-D

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails