Rrrrr, Rrrrrr, Rrrrrrr

jueves, 16 de septiembre de 2010

Maduras pero no podrías

Todo nos va cambiando en la vida. De niños, nuestras únicas conversaciones son relativas a los juegos y a los amiguitos del cole. De jóvenes se suele hablar de lo mal que nos cae tal profe y de lo bien que nos cae (porque nos hace tilín) tal chico o tal chica y de lo cargantes que son nuestros padres con el tema del horario. Y cuando nos hacemos mayores, aparte de pocas cosas más, lo que abunda son las conversaciones sobre los achaques.

¿Y por qué digo esto? Pues porque hace un par de días quedé con una compañera de una empresa en la que trabajé hace muchos años (compañera y sin embargo amiga) y lo primero que surgió nada más darnos un achuchón por el tiempo que hacía que no nos veíamos fue aquello de… ¿y tú qué tal? Buf, si yo te contara, que mira tú por dónde te voy a contar con pelos y señales… del oído derecho fatal, pero no me da la gana operarme, así que en cuantito vuelva al médico le voy a decir que por qué no me pone un aparatito chiquitín que no se me vea con estas melenas mías al viento. También ando medio tocada de un ojo, que si me descuido no veo un pijo magnífico. Menos mal que fui de urgencias y me lo operaron. Lo del hombro yo creo que más bien es una tendinitis de nada, porque ya ni abrocharme bien la ropa puedo por la parte de detrás. Pero aparte de todo eso… estoy estupenda.

¿Y tú qué? Uy, pues mira, yo también ando un poquito tocada. La tensión ocular, que la tenía por las nubes, afortunadamente me ha ido bajando gracias a un colirio que me tengo que echar ya de por vida dos veces al día. De la espalda ahí ando medio medio, que me vengo levantando todos los días con los riñones al Jerez. Luego también empecé con la premenopausia que me tiene alteradita perdía, amén de los miomas, que menos mal que no son malos y ahí se mantienen como campeones que son. Si algún día me los tienen que quitar voy a pedir que me los planten en formol para poderlos enmarcar como recuerdo. Y lo que no le digo yo a esta loca es que me empieza a salir barba. Bueno, barba, lo que se dice barba, no. Pero sí esos incómodos pelillos minúsculos que me afean como no los quite. Y una fea… jamás, así que un día sí y otro también, pinzas en mano, pegando tirones.

Y tras el chequeo médico de la una y de la otra, pasamos a hablar de para cuándo ese viaje a Benidorm con nuestros compañeros de la residencia con los que gracias al Imserso disfrutaremos de forma económica si los achaques no lo impiden.

¡Un placer, como siempre, volver a verte, Pepa! Que te conste que somos las mejores.La siguiente vez que nos veamos espero que no sea con los pastillitas de colorines, aunque al paso que va la burra…

4 comentarios:

MariClick dijo...

jajajajaja

Hay que ver cómo son los achaques propios de la edad. Aunque yo también tenía los de adolescente... que no sé si no eran peores.

Un beso, guapa. Nos vemos en Benidorm.

Mª Carmen Callado. dijo...

jajaja...que cosas tienes, marmopi. ¿Achaques con la edad?...Menos mal que no nos llamamos Dolores, pero anda qué...

Eso, eso, a Benidorm...
besicos.

Carmen dijo...

Mujer, que cuando se pregunta cómo estás? o qué tal la familia? no es para contarlo con todo lujo de detalles como si fuera un parte médico!! ¡Son preguntas retóricas nada más!

Aunque a veces hay quien se empeña en ponernos al día de toíto lo que le pasa.

¡Si yo te contara...!

Marmopi dijo...

Hola, chicas. Gracias a las tres por pasaros por esta locura.

En serio. A vosotras no os pasa? Jajaja

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