Que nos vamos haciendo mayores es evidente. Cuando los días empiezan a pasar como volando y los años ni te cuento, cuando tus hijos ya no son esos pequeñajos que dependían de ti, cuando tus allegados no están como estaban antes o incluso ya ni están, cuando la memoria no es ya la que era, cuando gruñes por casi todo, cuando cada vez te gusta menos alguna gente…. Síntomas evidentes y claros de que ya no eres una chavala por mucho que te cueste asumirlo, Marisa. Pero el colmo de los colmos, aparte de seguir cumpliendo años cuando ya te habías negado a hacerlo y decías que tenías 28, es cuando casi a diario hablas de enfermedades, o, como en mi caso, voy más al médico que al váter. Evidentemente me estoy haciendo mayor. Me han caído los 47 años y ya llevo con ellos a cuestas dos meses. Y yo que aún creía que estaba hecha una moza… ¡Qué poquita cabeza tengo! Y la espalda no veas! Y las piernas pa qué contarte... Y de la vista ni hablamos!
4 comentarios:
¡¡Coño!! no se de que te quejas, aún eres una chiquilla.
Un beso.
Ya, ya... eso quisiera yo, Emilio, ser una chiquilla, pero me parece a mí que nones por mucho que te empeñes.
Un saludo y gracias por venir!!!
¡¡¡jajaja!!! Según lo iba leyendo, pensaba: Oño, ¿Cómo es que no lo he escrito yo??
Tú tranqui, yo soy de septiembre del 66 también, y somos un especímen raro, cada año estamos más guapas.
¡¡Un besazo!!!
Jajajajaja, Tayyyyyyy!!!!!!!
En lo de que cada año estamos más guapas tienes toda la razón del mundo, jamía. Yo creo que no somos de este planeta (o que estamos como cabras y nos creemos lo que nos interesa, jejeje)
Osea, que ya me has alcanzado... otra del club de los 47!!!
Un beso grande!!!
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