Pues eso, que ya me han quitado las grapas de mis heridas "operísticas" y ahora, aparte de rajitas, tengo puntitos, dos por cada grapa que tenía. Estoy monísima perdida pero soy feliz. Todo va bien, apenas noto dolor, como de todo (con cuidadito, eso sí), nada en principio me sienta mal y mis movimientos van siendo más normales y naturales y me miman y me mimo.
¿Qué mas se puede pedir? Ahora mismo me pediría una de chopitos, que mis tripas rugen, pero tendré que conformarme con una frutita y con unas lonchitas de pavo, que no están las cosas para meterle grasas al cuerpo.
Echo de menos mi vesícula. Yo que quería que me la hubieran dado y los muy jodíos me la quitaron, me llevaron a reanimación y de mi vesícula, si te he visto, no me acuerdo. Pobre y sola se ha quedado, dándose con un canto (o más bien con unos cuantos) en los dientes, jejeje. Tendré que reponerme por su ausencia.
Y eso es todo lo que os cuento. Por aquello de rellenar un poquejo el blog de mis "entretrapos". Otro día en que la inspiración me visite puede que lo casque por aquí. Mientras tanto, os dejo una canción de Serrat que me ha inspirado la inspiración de la frase de aquí justo encima.
Besos. Sed felices
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