Ya de vuelta. Ayer fue el día en que volvimos a asomar nuestras naricillas por la capital, que, por mucho que no queramos, es nuestro sino para los que en ella vivimos.
Unos días de relax en Conil, dando vueltas por todos sitios por aquello de no perdernos nada, y otros menos relajantes en casa de mi madre, con la que el relajo no existe, pero a la que también he sobrevivido y ella a mí (no hay mucho feeling, como podéis ver, jajaja).
Y el lunes ya toca berenjenal, despertador, prisas, líos porque ya no hay tiempo de nada, pero sarna con gusto no pica, o eso dicen, así que se terminó lo bueno y viene lo regular, pero también mío, así que a recibirlo con ganas y ánimos.
Nos leemos!
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