Otra vez a vueltas con la puñetera Navidad. Menos mal que este año todavía no toca en mi casa, que eso ya sí que me termina de rematar. Cuñaos. Al menos me libro de currar y de pescar olor a cordero, a lombarda u vete tú a saber a qué más. Que qué nos apetece dice mi cuñá. A mí, si soy sincera, que ya me gustaría… quedarme en mi casa y comerme un buen par de huevos fritos con chistorra, que al colesterol de vez en cuando hay que darle un buen meneo. Y no escuchar las gilipolleces del cuñao, que las suelta a pares. Y no volverme loca con los niños que no paran de marear y de cantar villancicos horripilantes. Y no escuchar a mis hijas que si vaya rollo, que si nosotras luego nos queremos ir pronto que hemos quedao, así que no os enrolléis mucho después de las uvas. Si yo no me quiero enrollar. Si yo lo que quería es no haber venido.
Las uvas es otra película. Hay que prepararlas nada más cenar, cuando aún queda hora y media para que den las doce. El que no las pela les quita los pipos, y las que no, prefieren doce aceitunas en lugar de doce uvas porque están más ricas. Aceitunas sin hueso, por supuesto, igual que las uvas sin pipos para otros. Cada uno a su bola. Tú te escoges las más pequeñitas por aquello de que sea más fácil pasarlas por el gaznate a golpe de campanada. Y tú con dos cojones: con piel y pipos que es como debe ser. Y te llega el marido gracioso de turno y te levanta tres. Menos mal que en hora y media que falta, te da tiempo a contarlas y recontarlas y a levantarle tú cuatro al otro cuñao y dos a la suegra, que como no tiene dientes, incluso lo agradecerá la mujer.
Y mientras tanto, mirando, que no viendo, las castañas que te ponen por la tele en tan bella noche, que justo cuando hay algo gracioso todos hablan a la vez, los niños berrean, la suegra cuenta su caída de hace yo qué sé los años, que yo qué sé los años que la lleva contando, la cuñá voceando desde la cocina que quién quiere cerveza y quién vino, la pandereta que suena, el otro que te levanta para ir a mear, el de más allá que justo cuando tú estás intentando enterarte de algo pasa su mano por delante de ti para trincar un cacho jamón a la par que suelta una burrada. Y tú cagándote en tó porque hay que ver lo agustito que estarías tú en tu casa sin necesidad de pasar un mal rato.
Y pa colmo no me habrá tocado, como todos los años, un mísero euro en la pedrea.
6 comentarios:
Cuando yo era muy adolescente... me tomé doce chupitos de whisky en vez de las uvas. El pedo que me agarré fue impresionante. Una y no más, Santo Tomás :DD
Mis sobrinas, muy en su punto ellas, se van a Punta Cana del 22 al 30 de diciembre. El que puede, puede... y el que no a cascal-la.
Pondiós!!!!
¡¡¡Hayyy Dios siempre da pan a quien no tiene dientes!!!
Cuando tenia dientes, no tenía pan y ahora que tengo dientes, no tengo pan.
Esto, y massss, es lo que dicen en mi tierra.
La mesa, tanto para la cena como para la comida del día siguente, en la Navidades siempre repleta de platos de comida que te caben en la mesa, bebida abundante, nevera y despensa a rebosar, los chorizos de la abuela y el jamon de tus padres...
¡Dios que vida mas monotona y el estomago a dieta...!
Ya sabes, Tortu...Ajo y Agua...
O buscarse una buena excusa...
Y mira tu que a mi me gusta celebrarlo to, pero con el panorama que nos has pintao yo me lo pensaría...
Igualico que la familia y uno mas oyes. Sólo te ha faltado perder un niño por las calles de madrid, y toda la familia buscándolo y la abuela saliendo por la radio y contando lo rico que es su sobrino, y claro está haciendo la consabida pausa para soltar por el micro en abierto lo de su famosa caida.
Remedio? Ya que no te toca la pedrea en Navidad, y hacer el montaje justo en esas fechas va a ser como que muy apresurado. Pues un par de semanas dejas caer por la zona familiar la noticia que te han caido unos durillos al cuponazo, no es la loto, pero para el plan previsto nos vale.
Y que como tu marido lleva unas semanas sin cenar caliente por culpa de la bobada del coche, y como tú en el fondo piensas que te has pasado, pues que os vais a gastar esas pelillas extras en un viaje a alguna islita a pasar el finde año solitos y recuperar las cenas perdidas. :D
Que hay algunas pelas extras realmente? Pues nada, un viajecito y a disfrutar. ¿Qué no las hay? Pos a hacer como en las pelis esas que la familia decía que se iba de veraneo y se quedaban encerrados en el piso con las persinas bajadas.
Siempre será mejor eso un par de días eligiéndo que ver en la tv, y comiendo los huevos con chistorra digo yo.
Luego siempre te queda confesar la verdad y decir que en realidad disfrutas como una bellaca esa noche, y que eres la mayor cantarina de villancicos del mundo mundial. Pero claro, que cuentas esta historia para guardar las apariencias de mujer fisna y modelna, jajaja.
:P
Pos tiene razón el de arriba. Cuélgate unas bolas doradas en las orejas... una estrella en el coco... y que tu vestido sea únicamente espumillón.
Una pandereta en la mano y... ande, ande, ande... :DDD
Bolas voy a colgar donde yo te diga...
Cachondeitos encima. Ten colegas pa ésto!!!
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