Ando hoy así como un poco rarita. No de capa caída, pero sí como con una sensación extraña, y releyendo entre los archivos de correos que me mandan, he rescatado uno de hace años, que me sigue pareciendo tiernito y que de vez en cuando me gusta leer.
No es que yo quiera deprimir a nadie, pero, como la etiqueta que le he puesto a la entrada, estoy sentimentaloide y no hay quien lo remedie
UN NUDO EN LA SÁBANA
En una junta de padres de familia de cierta escuela, la Directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a sus hijos.
También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible.
Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres de la comunidad fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de su tiempo para dedicar y entender a los niños.
Sin embargo, la Directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó, y explicó, en forma humilde, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana. Cuando salía a trabajar todavía era muy temprano y su hijo aún dormía. Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Explicó además que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.
Dijo también que el no tener tiempo para su hijo le angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera de su presencia, él hacía un nudo en la punta de la sábana, sucediendo esto semana tras semana todas las noches.
Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía a través de él que su papá había estado allí y le había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos.
La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre, era uno de los mejores alumnos de la escuela.
El hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes.
Aquel padre encontró su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía, a través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba diciendo.
Algunas veces, nos preocupamos tanto por la forma de hacer las cosas, que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento. Simples detalles como un beso, un nudo en la punta de una sábana, significaban, para aquel hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías.
Para que exista la comunicación es necesario que las personas “escuchen” el lenguaje de nuestro corazón, pues, en materia de afecto, los sentimientos hablan más alto que las palabras.
Es por eso que un beso, revestido del cariño y el afecto, cura el dolor de cabeza, el raspón en la rodilla o el miedo a la oscuridad.
Las personas puede que no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben registrar un gesto de amor. Aún cuando el gesto sea solamente un nudo. Un nudo lleno de afecto y cariño. Un nudo en la sábana.
5 comentarios:
Tas mantecas hoy, ¿eh?
Bonita historia digna de telefilm de domingo por la tarde.
Todos tenemos nuestros días más y menos mantecas. Los míos son en plena ovulación y al segundo día de laquetedije.
El resto de los días soy de vinagre puro.
Besos, marimarmo.
Hola petarda, petarda sí, que como el nudo en la sábana, es el gesto, es la palabra, por la que sabras de mi presncia.
Por cierto espero que la marivinagre, esté aún en plena ovulación.
Hola petarda, petarda sí, que como el nudo en la sábana, es el gesto, es la palabra, por la que sabras de mi presncia.
Por cierto espero que la marivinagre, esté aún en plena ovulación.
¡¡Uy que moñitooooo!!....
Y hablando de vinagres y de petardos, pos que sepáis que no, que yo no...Ni hablar...
Y que...¿nos hemos trasladao de piso u que?...jejeje...
Hola gente...
.
Esra, has salido de tu anonimato! Me alegra verte por este apartamentito que es como el de los Hermanos Marx: Al fondo que hay sitio. Y si no lo hay... nos acoplamos como buenamente podamos. Qué, Piru, te gusta este cuchitril? ;-P
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