Alta tensión

Hoy andaba yo como cabizbaja y decidí que no tenía nada que decir aquí, pero después de cómo me fue la tarde, o lo casco... o reviento.

Paso a detallar la estresante tarde, que comenzó allá como a las cinco aproximadamente:

1. Llegada de la famosa compra online que me trae un chico rumano muy salao.
2. Verificación endispués de si lo que dice el albarán es exactamente lo que yo pedí.
3. Ver que no todo es lo que yo pedí.
4. Ver que cosas que yo pedí no vienen en el pedido.
5. Consabida llamada al hiper, super o como leñes se diga.
6. Verificación por parte de la que coge el teléfono en el hiper, super o como leñes se diga de las cosas que a mí me faltan y también me sobran.
7. Llamada posterior de la misma de antes para decirme que, efectivamente, se han colao con una caja y la mía anda no sé dónde y la de una señora u señor anda en mi casa.
8. Llamada del contrario por si vamos a coger el coche de la niña (sí, ese que hace nada compramos) al taller, en el que lleva diez días. Decisión final de llamar al taller para saber cuánto cuesta la broma.
9. Llamada al taller. Erróneo el mensaje anterior. Arreglado lo de la dirección, pero muy jodidos los frenos traseros. Palo al canto. Venga el contrario al taller para verlo con sus propios ojazos.
10. Yo venga de llenar baldas con la compra del hiper, super o como leñes se diga.
11. Yo venga de hacer almóndigas.
12. Yo venga de hacer empanada de atún.
13. Yo venga de masajearme los riñones porque me duelen una barbarité con tanto trajín.
14. Llegada del otro rumano que me trae lo que me faltaba de la lista de la compra online y que se lleva lo que le faltaba a la otra señora o señor en su lista de la compra online.
15. Llegada del contrario. Mañana arreglado el puñetero coche de la niña. Total, ná menos que 1.100 lauros del ala.

Me callo que me estreso más aún de decir toda la sartá de verdades que he dicho y luego me suben las tensiones, que no es para menos, porque en tensión he estado toda la santísima tarde.