No soy títere de nadie, al menos conscientemente. Y mucho
menos lo voy a ser tuyo. Cada uno tiene lo que se merece o eso dicen; yo tengo
mis dudas, pero espero que así sea.
Has ido siempre por libre, te has movido por tu propio
beneficio sin importarte jamás lo que eso podría suponer en los demás. A veces
he intentado pensar que lo haces sin darte mucha cuenta, pero no lo creo. Casi
estoy segura de que esa manera tuya de moverte por la vida es porque te
interesa, porque te gusta manejar a tu antojo sin reparar en el daño que puedas
estar causando. Eso te ha importado muy poco.
Y ahora no va a ser distinto; la única diferencia es que no
vamos a consentírtelo más. Vamos a respirar un poco, a tomar aire y a seguir
con lo nuestro (también tenemos vida al margen de tí afortunadamente), aunque a ti te pueda parecer que no es lo
justo, que te estamos dando una puñalada trapera porque queremos y somos unas
indeseables.
Lo que no me puedo explicar es cómo con tus mentiras
rebuscadas has podido conseguir dar el pego en los que no te conocen realmente.
Ayer lo hablaba con mi hermana, que está tan harta de la situación como yo, de
sentirse un fantoche cuando la buscas para sacar algo provechoso para ti.
Y hay algo que me molesta soberanamente. Y es que lleves ya
dos entradas en mi blog de protagonista, de centro de atención, eso que te ha
gustado tantísimo desde antes de que yo tuviera uso de razón.
Voy a jurarme que no lo volveré a repetir porque si lo hago
es porque sigo sintiéndome mal, que me sigues afectando; de lo único que me sirve esto
es de desahogo, de soltar lastre, de apaciguar la rabia que tengo cuando pienso
en cómo actúas. Habrías sido una magnífica actriz dramática. No sabe el arte lo
que se ha perdido por no haberte conocido.
*Siento que los pocos que me leáis os podáis quedar con los
ojos a cuadros, pero estoy pasando por una etapa un tanto complicada (un mucho
complicada diría yo) y necesito soltar lo que llevo dentro para que no me
corroa.
4 comentarios:
Si hay que romper las cadenas se rompen, pero cuidado que una vez rotas no tienen posibilidad de reparar.
Suerte
Escribir cuando a veces nos faltan fuerzas para gritarlo de viva voz, ayuda a soltar lastre. A caminar con menos carga en la mochila. Lamento que estés pasando malos momentos. Pero, como todo en la vida, no hay mal que cien años dure. Así que ten presente que ya has consumido (al lado de esa "tan buena actriz"), la mitad del camino...Un abrazo y, ánimo niña. Tú puedes.
Buenos días, Emilio. Creo que he tardado muchos años en empezar a romper esta cadena y ya va siendo hora de hacerlo. Mi salud es la que se está llevando la peor parte y eso no debo seguir consintiéndolo.
Así que si no hay posibilidad de reparar ya no será algo que me importe mucho.
Saludos y gracias por comentar
Carmen, guapetona, gracias por los ánimos. Falta me hacen. Pero saldré de esta como de todo se sale.
Un beso muy fuerte, mi niña
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