Rrrrr, Rrrrrr, Rrrrrrr

jueves, 30 de septiembre de 2010

Para los poco entendidos en la materia

El sábado tuvimos reunión familiar con la parte del contrario. Y justo no habíamos hecho más que comer y los cuñaos, los que habían invitado por dos cumpleaños, comenzaron a contarnos algo que les había pasado no hacía muchos días.

Coincidían en vacaciones, pero no iban a salir fuera, así que ellos, bien preparados para pasar un día campestre, decidieron irse a ver el monte de El Pardo y alrededores, que como antes, viviendo Paquito, no se podía ir y ahora, pasada la repanocha de años en que aquel señor decidió estirar la pata y no volver a asomarla, por fortuna, pues que se les emperejiló a ellos conocer el sitio, tiraron tal que hacia allá, con idea de comer (sus buenos tapergüeres llevaban) en alguna zona verde de los alrededores.

En total, que en habiendo visto El Pardo y yendo por la carretera, les gustó una zonita cercana a la carretera donde pararse un rato y poder meterle mano al gazpacho y a la tortilla de patatas. Empiezan a meterse en la zona y justo parecía que el coche que allí había les daba paso antes de marcharse. Bien. Pero hete aquí que cuando ellos meten el coche, el otro coche, el que en principio parecía querer irse, se les acomoda bien cerquita. Y al momento llega otro vehículo que también se coloca cerca del suyo. Mi cuñada se mosquea y le dice a mi cuñado (su marido, para más señas) que por qué no se van, que la jugada del primero que se iba y no se va y la del otro que llega para quedarse, no le gusta nada. Mi cuñado (el marido de mi cuñada y padre de mis sobrinas, todos ellos por parte política como creo que ya dije) le dice que no, que no pasa nada. Sale del coche y abre el maletero y saca algo. Vuelve a cerrarlo. Lo vuelve a abrir para sacar los cubiertos.... Mi cuñada dentro del coche observando a los individuos de los otros dos vehículos, que tampoco le quitan ojo a ella. Los de los otros dos coches que también abren sus maleteros. Si los cuñados abren una puerta, los otros abren las suyas.

Ya más mosqueados que un pavo en navidad, deciden irse a comer a otro sitio. Salen de allí y los dos coches detrás de ellos. Pies para qué os quiero. Ruedas, ya podéis tirar millas que vamos cagaos. Si ellos cambiaban de carril, los otros hacían más de lo mismo. Si volvían al carril de antes, esos también, hasta que al final, por la M-30, consiguieron perderlos de vista, que no me imagino yo a mi cuñao a 130 ni harto vino.

Pero qué pasa? Que esta gente nos quería atracar? Y si era la policía que ha confundido nuestro coche con el de unos terroristas? Para casa escopetaos y a llamar a la policía de la zona de El Pardo.

Y aquí averiguaron cuál era la respuesta a tanta historia que os he contado. Una nueva forma de tener encuentros sexuales, que se llama cancaneo o dogging para los del idioma inglés y que consiste en eso, en tener encuentros con desconocidos habiendo contactado previamente a través de foros al efecto, en zonas alejadas y cuantos más cancaneantes… mejor.

Incluso tienen una serie de normas: si dejas las ventanas entreabiertas estás dando paso a que te miren, se acerquen e incluso toquen y disfruten. Cuando abres la puerta del coche (el dichoso maletero) das a entender que cualquiera puede participar en el lío sin problemas; si la dejas abierta, ahí está invitado todo quisqui a ponerse como en las bodas de Camacho. Si dejas la luz interior del coche encendida es que las personas que están en el interior desean ser observadas, ¡enhorabuena a los mirones!.

No dejo de imaginarme a mi cuñao maletero parriba, maletero pabajo y a mi cuñá con los ojos como platos. Vamos ,que lo que se han perdidooooo.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

sábado, 25 de septiembre de 2010

Cobrar durante la crisis

Tan tierno

Paso últimamente por momentos de debilidad y de ternura. Y he de decir que el de ayer fue especialmente tierno y cariñoso porque me hacía mucha falta. Y decidí darle un vuelco, si no a mi vida, sí a mi ordenador del trabajo, con el que paso siete horas diarias. Y decidí que esa criaturita que tantísimo amor me inspira desde el momento en que le puse cara (anteriormente tenía a mis hijas y en otros momentos he tenido a mis hijos peludos como fondo de pantalla) y que tanto querría yo tener con nosotros en casa, ya que adoptarle sé con certeza que es muy complicado y los acogimientos me dan mucho miedo porque no sé cómo podrán salir, al menos tengo la posibilidad de verle a diario, de hablarle, de decirle cuánto quisiera cuidarle si pudiera y de hacerle saber que no debe preocuparse, pues tarde o temprano podré abrazarle como él merece y como yo, desde hace ya tiempo, quisiera hacer; y besarle y darle toda la ternura y el afecto que le han faltado desde siempre y que yo estoy segura de que sabría y podría ofrecerle. Su nombre es Josh, uno de tantos nombres que nos pasan desapercibidos hasta que les vemos esa carita dulce y empezamos a plantearnos que queremos uno para nosotros, que somos capaces de darles todo lo que necesitan y que, de momento y por mala suerte, les ha faltado. Os dejo una foto de mi niño Josh. Sé que mi sueño se hará realidad algún día y que podré ver esos ojitos dulces pronto. Eso espero.




Lo siento, pero es que los sábados hay que hacerlos un poco más atrayentes y divertidos, sobre todo cuando estamos currando algunos y los demás estáis durmiendo a la pata suelta y dando ronquidos de oso. Yo hoy estoy soñando con Josh despierta. Bueno... y ayer y anteayer y antes de anteayer.... Voy a ver si hablo con su mujer y le digo dos verdades ;-(

viernes, 24 de septiembre de 2010

Entrevista a un hombre en plena crisis

A un hombre de unos 70 años le está entrevistando un periodista en plena calle. El hombre entrevistado se expresa del siguiente modo:

- Soy hijo de exiliados.
- Hasta los 27 años y poco antes de la transición no puede volver a España por culpa de Franco.
- A mi padre, pobrecito, no sabíamos ni dónde enterrarle.
- Mi madre estuvo muchos años en silla de ruedas.
- Ahora tengo 70 años.
- Hace meses me sacaron el 30 % de un pulmón.
- Mi mujer es inmigrante.
- Tengo tres hijos con ella.
- De los tres sólo trabaja una, la del medio,.... pero no cobra nada.
- Todos, incluidos los nietos, viven de mi asignación.
- La mayor se acaba de divorciar.
- Mi yerno se daba a las drogas y al alcohol y la ha dejado con dos niños.
- El pequeño de mis hijos aún no se ha ido de casa y además se ha casado con una divorciada y la ha traído a vivir con nosotros. Esa señora antes trabajaba, tenía mu buen puesto, pero desde que vino a mi casa ya no hace nada. Ahora tienen dos niñas que también viven bajo nuestro techo....y para colmo este año, con lo de la crisis, casi no nos hemos podido ir de vacaciones y si me apuras...... ni he podido celebrar que España ha ganado el Mundial.

El periodista pone los ojos muy redondos y comenta:
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- "Majestad, no creo que su situación sea tan mala".

jueves, 16 de septiembre de 2010

Maduras pero no podrías

Todo nos va cambiando en la vida. De niños, nuestras únicas conversaciones son relativas a los juegos y a los amiguitos del cole. De jóvenes se suele hablar de lo mal que nos cae tal profe y de lo bien que nos cae (porque nos hace tilín) tal chico o tal chica y de lo cargantes que son nuestros padres con el tema del horario. Y cuando nos hacemos mayores, aparte de pocas cosas más, lo que abunda son las conversaciones sobre los achaques.

¿Y por qué digo esto? Pues porque hace un par de días quedé con una compañera de una empresa en la que trabajé hace muchos años (compañera y sin embargo amiga) y lo primero que surgió nada más darnos un achuchón por el tiempo que hacía que no nos veíamos fue aquello de… ¿y tú qué tal? Buf, si yo te contara, que mira tú por dónde te voy a contar con pelos y señales… del oído derecho fatal, pero no me da la gana operarme, así que en cuantito vuelva al médico le voy a decir que por qué no me pone un aparatito chiquitín que no se me vea con estas melenas mías al viento. También ando medio tocada de un ojo, que si me descuido no veo un pijo magnífico. Menos mal que fui de urgencias y me lo operaron. Lo del hombro yo creo que más bien es una tendinitis de nada, porque ya ni abrocharme bien la ropa puedo por la parte de detrás. Pero aparte de todo eso… estoy estupenda.

¿Y tú qué? Uy, pues mira, yo también ando un poquito tocada. La tensión ocular, que la tenía por las nubes, afortunadamente me ha ido bajando gracias a un colirio que me tengo que echar ya de por vida dos veces al día. De la espalda ahí ando medio medio, que me vengo levantando todos los días con los riñones al Jerez. Luego también empecé con la premenopausia que me tiene alteradita perdía, amén de los miomas, que menos mal que no son malos y ahí se mantienen como campeones que son. Si algún día me los tienen que quitar voy a pedir que me los planten en formol para poderlos enmarcar como recuerdo. Y lo que no le digo yo a esta loca es que me empieza a salir barba. Bueno, barba, lo que se dice barba, no. Pero sí esos incómodos pelillos minúsculos que me afean como no los quite. Y una fea… jamás, así que un día sí y otro también, pinzas en mano, pegando tirones.

Y tras el chequeo médico de la una y de la otra, pasamos a hablar de para cuándo ese viaje a Benidorm con nuestros compañeros de la residencia con los que gracias al Imserso disfrutaremos de forma económica si los achaques no lo impiden.

¡Un placer, como siempre, volver a verte, Pepa! Que te conste que somos las mejores.La siguiente vez que nos veamos espero que no sea con los pastillitas de colorines, aunque al paso que va la burra…

lunes, 13 de septiembre de 2010

Para que te entretengas

Entre que vuelvo y no...


Un poquito de paciencia, porfaplís

No te tengo abandonado aunque pueda darte esa sensación. Sí, últimamente no estoy siendo una buena madre contigo, pero es que ya tienes edad y pienso que no tienes que ser tan dependiente. Ando pelín liada por no decir liadísima. Entre obra, vacaciones y remates que nunca terminamos de rematar para que finalmente quede el jardín en condiciones, soy consciente de mi dejadez, tanto en tí como en otros menesteres que no piden de comer. Si pidiérais, os habría puesto el plato almóndigas o cocletas sin problema alguno, pero como no decís ni mú, yo tan pichi, aunque también os echo de menos.

La normalidad está casi a puntito de llegar. El jueves volverán los madrugues para ir al curro. Verás cómo entonces la cosa cambia. Y si no fuera así, dame dos voces bien dadas y vengo en un plis plas. Sabes que soy rauda si me lo piden.

Aguanta lo poco que queda. Estaré por aquí. !Seguro que sí!

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